El Zurdo Villaroel, caudillo narco con roce internacional

Este jueves comienza el juicio en Santa Fe contra la banda de Sergio Villarroel, amo y señor del distrito costero de Alto Verde, quien se contactaba con Popeye, el célebre jefe de sicarios de Pablo Escobar, y tenía en su poder la cupé sobre la cual mataron al Fantasma Paz.

El juicio oral contra la banda del Zurdo Villarroel comenzará este jueves ante el Tribunal Oral Federal de la ciudad de Santa Fe. El Zurdo, de 55 años, es un ex pirata del asfalto que durante dos décadas mantuvo su dominio en el distrito costero de Alto Verde. A la instancia oral llega imputado por liderar el mercado narco en la capital provincial y que, en el último tiempo, se había extendido a otras provincias. Además, está señalado en otra causa federal por lavado de activos en cuyo marco secuestraron la cupé BMW Z4 en la que fue ejecutado hace seis años Martín “Fantasma” Paz en Rosario. Otro dato singular es que en la agenda del capo estaba el teléfono de Popeye, el colombiano Jhon Jairo Velázquez Vázquez, quien fuera célebre sicario del no menos mítico Pablo Escobar.

Una característica que diferenció a la banda del Zurdo de otras organizaciones narcocriminales fue que la afirmación del liderazgo en el territorio no estuvo signada a fuerza de plomo y sangre. Algunos vecinos del barrio –según describen los investigadores– lo veían como una especie de justiciero, el hombre que les brindaba un servicio de tevé por cable a módico precio. Además, sostenía con sus billetes y sus contactos el club del barrio donde unos 400 chicos podían tener los equipos y la indumentaria necesarios para desplegar actividades futbolísticas.

En junio pasado, Walter Rodríguez, titular de la Fiscalía Federal N° 2 de Santa Fe, solicitó la elevación a juicio oral que comenzará este jueves a las 8.30 en los Tribunales Orales Federales de Santa Fe. En el banquillo estarán sentados Sergio “Zurdo” Villarroel, su esposa Débora Flores, de 36 años; Cristian Gamarra, de 47; Luis González, de 43, y el último incorporado a la causa, Martín Beilis, de 39, todos procesados por conformar una asociación destinada a la comercialización de estupefacientes en el barrio santafesino de Alto Verde, un distrito costero sobre la laguna Setúbal, lindero con el famoso Puente Colgante.

El juicio será encabezado por los magistrados María Ivón Vella, Luciano Lauría y José María Escobar Cello, quienes escucharán la acusación del fiscal general Martín Suárez Faisal, y de los defensores de los imputados, Claudio Torres Del Sel por el Zurdo, su pareja Flores, González y Beilis, y por Gamarra, la abogada Hilda Knaeblein.

La banda y los roles

La investigación empezó el 24 de abril 2014 cuando personal de la Gendarmería recibió un llamado telefónico anónimo en el que se denunciaba a tres personas –una de las cuales fue detenida en Chubut por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización–. Para la acusación, el trío vendía droga para el Zurdo, quien estaba domiciliado en el distrito Alto Verde y contaba con cobertura policial.

Así, en base a diversas tareas investigativas, se pudo establecer que el Zurdo impartía las órdenes al tiempo que coordinaba en persona el transporte de drogas –en especial marihuana– desde Formosa hacia Santa Fe. También manifestaba un expreso interés en la compra de inmuebles y precursores químicos para la fabricación de cocaína. Gamarra se dedicaba a comprar, almacenar, estirar, fraccionar, distribuir y vender –junto a Flores y González– los estupefacientes, dice la acusación.

La pesquisa también pudo determinar que la organización contaba con amparo policial, entre los que se encontraba el oficial de la Policía de la provincia de Santa Fe Gustavo Miguel Gribaldo, quien fue detenido el 27 de septiembre de 2016, en el marco de otra investigación por narcotráfico llevada adelante por el Juzgado Federal de Reconquista.

En este contexto, la Fiscalía pidió al titular del Juzgado Federal N°2 de Santa Fe, Francisco Miño, el allanamiento de siete viviendas en la capital provincial y en la localidad de San José del Rincón. Esos operativos se realizaron el 10 de diciembre de 2016, cuando las fuerzas federales detuvieron a los imputados y secuestraron cocaína junto con marihuana. También les incautaron vehículos, una embarcación, dinero en efectivo y títulos y valores de crédito.

En el pedido de elevación a juicio, el fiscal le achacó al Zurdo “haber organizado actividades ilícitas de comercialización de estupefacientes llevadas a cabo desde y en la ciudad de Santa Fe”. A su vez, también lo acusó junto con su esposa, Gamarra y González del comercio ilícito y la tenencia ilícita con fines de comercialización de estupefacientes agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada.

“Villarroel estableció de manera periódica y sistemática los carriles de aprovisionamiento de material estupefaciente proveniente de otras provincias –principalmente en Formosa– mediante la utilización de camiones y autos particulares, para que una vez arribados a Santa Fe este sea distribuido por eslabones inferiores, entre los que podemos citar a Gamarra y González”, señaló el fiscal en la acusación y agregó que la actividad delictiva fue “anterior al mes de abril del año 2014 y se hizo extensiva hasta el 10 de diciembre del año 2016”.

El quinto integrante de la banda que llega a juicio es Martín Beilis, de 39 años, quien fue apresado en los allanamientos de diciembre de 2016 pero su expediente fue incorporado en la causa del Zurdo recién en abril pasado, tras una resolución del Tribunal Oral Federal de Santa Fe. Para la Fiscalía, Beilis conseguía la cocaína de González y utilizaba el domicilio donde fue detenido para guardar estupefacientes. Los investigadores detectaron que Beilis repartía la droga en su auto particular bajo la modalidad de delivery durante los fines de semana.

Popeye, en la agenda del Zurdo

Del análisis de las escuchas al Zurdo no sólo se estableció que era el creador y el jefe de “una estructura funcional de considerable envergadura” que traía la droga de otros países limítrofes y las ingresaba por Formosa, sino que también encontraron en los contactos registrados en la agenda telefónica de Villarroel el del célebre Jairo “Popeye” Velázquez, conocido como ex jefe de sicarios de Pablo Escobar Gaviria en Colombia. “Se infiere que tenía conexiones con otras organizaciones narcocriminales a nivel internacional”, explicaron las fuentes.

La cupé del Fantasma

En julio pasado, la Fiscalía pidió la indagatoria del Zurdo y otras tres personas por lavado de dinero. En medio de esa investigación, se descubrió que la cupé BMW Z4 sobre la cual fue ejecutado hace seis años en Rosario Martín “Fantasma” Paz, cuyo crimen dio origen a la pesquisa que mandó presos a muchos integrantes de Los Monos por asociación ilícita, estaba en poder  del Zurdo y la ubicaban en el Chaco. Sin embargo, el auto valuado en 70 mil dólares fue incautado el 8 de agosto pasado en un garaje ubicado en San Jerónimo y Zazpe.

La cupé fue comprada por el Fantasma Paz, aunque a nombre de un empresario metalúrgico de Funes, tres días antes de ser acribillado a balazos en septiembre de 2012 en Entre Ríos y 27 de Febrero, mientras iba con su mujer y su hijo, caso aún impune.

Los investigadores no detallaron cómo es que el vehículo, que según es norma en los procesos judiciales se devuelve sólo al conocerse la sentencia de un caso, llegó al poder del Zurdo, según lo determinado por escuchas y fotos. Una hipótesis de la pesquisa es que el ex mánager de boxeo Luis Paz, padre del Fantasma y quien prestó declaración bajo sospecha leve como instigador del crimen de su yerno, Claudio “Pájaro” Cantero, pudo haber intercambiado con el Zurdo la cupé por una vivienda en el country Los Molinos, de la localidad de Recreo.

Dos grandes juicios en un trimestre

En un juicio oral que terminó el 25 de abril pasado, el empresario de la movida tropical de Santa Fe Raúl Narciso “Beto” Basimiani, de 52 años, fue condenado a 13 años de prisión efectiva por el delito de haber organizado desde la cárcel de Coronda la venta de estupefacientes en dos viviendas del barrio santafesino de Coronel Dorrego, entre agosto y octubre del 2016. La sentencia se unificó con una anterior de un juicio abreviado por tráfico de drogas y recibió en total 18 años de prisión. La pareja del productor, Angélica Soledad “Angi” González, de 30 años, fue sentenciada por comercio de estupefacientes y tenencia con fines de comercialización, agravado por haberse servido de menores de edad, por lo que recibió 6 años y seis meses de condena.

El expediente de Basimiani surgió de la investigación Gringo que llevaron adelante los pesquisas de la División Antidrogas de la Policía Federal de Rosario.  Los uniformados federales buscaban desbaratar una organización de gran escala de traficó estupefacientes, que tenía como líder a Mario “Gringo” Visconti, un exbarrabrava de Rosario Central asesinado el 31 de mayo de 2016 en un camino rural de la localidad de Ibarlucea. Las escuchas telefónicas a los integrantes de la banda descubrieron que tenían conversaciones fluidas con un convicto de la cárcel de Coronda, quien resultó ser Beto Basimiani.

Además, Basimiani instruía a su pareja sobre cómo organizar la venta de drogas en Coronel Dorrego y también obligada a sus hijastras, quienes eran menores de edad, a que comercializaran estupefacientes.

En base a las pruebas presentadas por la fiscalía, el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, conformado por los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría, encontró a Basimiani culpable del delito de organizador del comercio ilícito de estupefacientes agravado por haberse servido de menores de 18 años y dispusieron una multa de casi medio millón de pesos para el empresario.