Dime tu edad y te diré que crema usar

Existen varias alternativas de productos anti edad para el rostro. Cómo elegirlas de acuerdo a sus propiedades y sus etapas de vida.

El paso del tiempo es inevitable en el cuerpo y en la piel. Tener un cutis sano y terso es un signo de vitalidad y bienestar, sobre todo para las mujeres.

Los agentes externos, la mala alimentación, el consumo de cigarrillo o el estrés son factores que inciden directamente sobre la piel. 

En la actualidad existen numerosos  productos que tienen activos que ayudan a limitar el paso del tiempo. Todo dependerá de elegir la crema indicada, de acuerdo a cada tipo de piel y edad.

365 días de cuidado

Un punto central antes de pensar en un tratamiento “antiedad” es la protección de los rayos solares.

“Como principio hay que usar protector solar, desde siempre. Ese es el mejor antiage que existe. Hay una variedad en cremas, geles, emulsión, todos son válidos. Los protectores solares contienen UVB y UVA, y son dos factores de protección fundamentales”, explica la cosmiatra Montserrat Giménez.

¿Cuándo y cómo empezar con el plan antiedad?

Cumplir los 30 años se convierte en el momento para comenzar con un cuidado paliativo para el paso del tiempo.

En esta etapa, los productos más convenientes para usar son los más livianos en consistencia y su composición química. 

“A partir de los 30 años se pueden empezar a usar principios activos antiage. Se usan sólo emulsiones o geles que tengan esos principios. Cuando hablamos de principios activos nos referimos a los retinoles. Este componente inhibe la inflamación que se puede producir por factores del medio ambiente. Pueden controlar la pigmentación post inflamatoria también. Tienen urea y ácido hialurónico”, apunta la especialista sobre estos productos que contribuyen a la humedad de la piel.

“Las cremas antiage colaboran en la eliminación de las manchas, ayudan al pigmento, a que la piel esté más homogénea, más firme”.

En cuanto a los agentes externos que perjudican la salud del cutis, el clima seco de nuestra provincia es un enemigo inevitable para retener la humedad necesaria en nuestra dermis.