Hace poco más de un año y medio se firmaba el convenio entre la Nación y la Provincia. 18 meses después, Gendarmería Nacional trabaja para restituir el control en los barrios de la ciudad.
Desde que llegó Gendarmería a la ciudad, una de las principales tareas que tenían a pedido del Poder Político era controlar la situación crítica que estaba viviendo la provincia en materia de seguridad además de brindar tranquilidad a los vecinos que eran los más perjudicados por los diferentes delitos.
Ubicados con una fuerte presencia en los barrios Tablada, Yapeyú, Barranquitas y Coronel Dorrego los casi 300 efectivos del escuadrón “Santa Fe Norte II” tienen clara la premisa: darle seguridad a los vecinos de estos barrios en los horarios claves, entre las 5 y 7 de la mañana que se van a trabajar y alrededor de las 20, cuando regresan.
Cuando se firmó el convenio entre la Provincia y la Nación la tarea de las fuerzas federales era clara: trabajar en conjunto con la Policía de Santa Fe para volver a controlar los barrios de la ciudad.
Para cumplir el objetivo, todos los lunes a la mañana se hace la reunión del “Comité de Seguridad” en la que participan los jefes de Prefectura, Policía Federal, Policía de la Provincia y Gendarmería Nacional –con la presencia del comandante mayor Guillermo Danielis, jefe de la “Agrupación XXI Santa Fe Norte”– para diagramar los lineamientos que se llevaran a cabo durante la semana.
Radio EME participó de los operativos de saturación que realiza Gendarmería en Coronel Dorrego. El comandante Rolando Fabián Dutra (segundo jefe del escuadrón) explicó que los mismos no buscan molestar al vecino sino que están para brindar seguridad. “Se controlan todos los vehículos y personas que resultan sospechosas” de acuerdo a las investigaciones y la formación que tienen los gendarmes, explicó Dutra.
Identificación de personas, de vehículos, pedido de antecedentes o secuestro son las principales actividades que desarrollan en los operativos diurnos. En otros momentos del día se realiza la inteligencia y una vez finalizada esa etapa, se allanan domicilios con un número considerable de efectivos.
Los controles no discriminan. Autos cero kilómetro, usados, taxis, remises, repartidores y hasta colectivos de línea son parados para el control. Los gendarmes, que pueden ser 8 o 5 dependiendo si se trata de una saturación principal o secundaria, tienen la orden expresa de controlar la mayoría los vehículos.
¿Los resultados? Cada mañana se detienen en promedio a tres personas, la mayoría por tener antecedentes abiertos. Además, los vecinos de los barrios mencionados agradecen la presencia de la Gendarmería porque le devolvió la tranquilidad al barrio.
NARCOTRÁFICO
Además de hacer las saturaciones, también se persigue al narcotráfico como premisa nacional. Sin embargo en esta materia hay demasiados grises judiciales que generan un trabajo de desgaste sobre los que delinquen.
Un alto mando de la “Agrupación XXI Santa Fe Norte” dijo que los procedimientos contra el narco se dan sobre la modalidad de narcomenudeo; desde un “búnker” un encargado entrega los “ravioles” al soldadito que los vende.
La Gendarmería lo detiene y le incauta la droga pero a las pocas horas está en libertad porque lo ambiguo de la Ley juega su partido. Los efectivos dicen que los van corriendo del barrio y se mueven por toda la ciudad, es un partido de ajedrez que muchas veces no tiene un ganador claro.
Por Nicolás Kreclevich
