Combatiendo mitos: la disfunción eréctil se trata

Como órgano “blanco” del sistema cardiovascular, el pene es propenso a sufrir daños cuando el sistema circulatorio se ve afectado por diversos factores de riesgo comunes, tales como la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el exceso de colesterol y de triglicéridos o el tabaquismo

Al igual que el corazón, los riñones o el cerebro, el pene es un “órgano blanco” del aparato cardiovascular, es decir: es propenso a sufrir daños cuando el sistema circulatorio se ve afectado por los factores de riesgo comunes, como lo son la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el exceso de colesterol y de triglicéridos y el tabaquismo.

Asimismo, apunta el Dr. Gómez, “si uno tiene tapadas las arterias coronarias, es muy probable que tenga tapadas también las arteriolas del pene”. El tratamiento, una vez hecho un cuidadoso diagnóstico, debe consistir por lo tanto en la reducción de los factores de riesgo sistémicos por un lado, y por el otro en la recuperación de la función eréctil mediante una terapia focalizada en el órgano blanco.

“Como sucede en cualquier otro órgano, los tejidos peneanos necesitan seguir manteniendo activa su función biológica porque, si no, la van perdiendo”, remarcó el Dr. Gómez.

Y esta es, según destacan ambos especialistas, otra razón por la que no es bueno demorar la consulta médica apenas aparece dificultad en la erección, ya que si la disfunción eréctil es sostenida en el tiempo y no tiene tratamiento, la red arterial puede sufrir daños irreversibles por falta de irrigación, se produce muerte celular por hipoxia en los tejidos, y puede ser más difícil recuperarla después.

“El daño en el tejido del pene puede ser reversible o irreversible, y por eso es tan importante la consulta temprana, cuando el problema es de reciente comienzo”, señala el Dr. Gómez. “Cuando el varón no tiene erecciones fisiológicas debería consultar al médico”, aclara el médico urólogo.

Igual que el corazón, los riñones o el cerebro, el pene es un “órgano blanco” del aparato cardiovascular, es decir: es propenso a sufrir daños cuando el sistema circulatorio se ve afectado por diversos factores de riesgo comunes, tales como la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, el exceso de colesterol y de triglicéridos o el tabaquismo. Por ello, demorar la consulta médica con un profesional no solo puede incrementar el daño sino también pone en riesgo la salud.

La sexualidad es un terreno muy complejo donde se manifiestan conductas muy arraigadas, muchas de las cuales se basan en mitos. Estos mitos se ponen en acción cuando el varón como es muy frecuente en especial después de los 40 años presenta dificultades para la erección. Es ahí cuando comúnmente suele quedar atrapado en la pregunta acerca de “cuánto de orgánico y cuanto de psicológico” tiene su problema, o bien piensa que éste puede solucionarse con una simple pastilla o alguna solución “mágica”.

Lo cierto es que estas reacciones habituales pueden incrementar su frustración sexual (ya que ni la magia ni la teoría funcionan en la cama) y agravar otro problema que al principio parece menos evidente, porque el pene no es un instrumento ni una herramienta, sino un órgano del cuerpo del varón, y además, muy sensible: de hecho, la disfunción eréctil puede estar anunciando dificultades cardiovasculares, y es un predictor de enfermedad, ya que a un 70% de los hombres que la padecen se les diagnostica una cardiopatía coronaria al cabo de poco más de tres años (39 meses) y se considera que incrementa al doble el riesgo de padecer un infarto de miocardio.

“Así como el corazón mantiene su función gracias al suministro de sangre por parte de las arterias coronarias, el pene logra la erección cuando los cuerpos cavernosos se llenan de sangre por acción de una multitud de microarterias”, explica el Dr. Fabián Gómez, médico urólogo (M.P.11.721 Sta. Fe). “Es un sistema muy delicado, con lo cual se entiende que todo lo que afecte a las arterias, afecta a la función eréctil incluso antes que al resto de los órganos”, señaló.

Pero la cantidad de cosas que se juegan en el momento de la relación sexual hacen que a veces esta simple cuestión médica se entremezcle con una multitud de otros significados y emociones: “La función eréctil está muy vinculada al rol de género del varón, y su carencia socava mucho la personalidad del hombre”, explica el Dr. Sergio Pusarelli, médico urólogo (M.N. 72.357).

“En la intimidad del acto sexual, el hombre expresa la atracción que siente por una mujer con una erección, y con eso, la mujer recibe el feedback de que el varón se siente atraído por ella explica el especialista; luego, hay un rol activo del pene durante el coito, y en ambos momentos, la erección es un elemento que ambos sienten que tiene que estar presente”.

De ahí la carga emocional que la situación adquiere cuando ese elemento falta, y que hace que el tratamiento especializado siempre deba atender a los factores orgánicos y psicológicos que están siempre entremezclados: “La gente tiende a separar lo emocional de lo orgánico, y ante la disfunción piensa que, o tiene un problema psicológico, o tiene un problema orgánico; pero la realidad es que ambos factores están siempre entrelazados”, sostiene el Dr. Gómez.