¿Por qué le practicaron una cesárea a la niña jujeña violada?

12 años

La Justicia permitió la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) en la semana 24 de gestación a través de esa intervención. Vacíos legales y diferencias entre protocolos reabrieron la polémica en torno a los métodos aplicados y los tiempos de gestación.

El caso de nena de 12 años a la que recientemente se le practicó una Interrupción Legal del Embarazo (ILE), reabrió la polémica en torno al tratamiento de la Ley de Aborto Seguro, Legal y Gratuito que precipitó la creación de la “grieta de los pañuelos”. Los verdes para quienes están a favor, los celestes para los “Pro Vida” que se proclaman en contra.

También dejó en evidencia los vacíos legales de los abortos no punibles cuando se trata de embarazos avanzados. Precisamente éste último caso es el que incluye al de la niña jujeña violada por un hombre de 60 años. ¿Cómo se interrumpe un embarazo cuando es tan avanzado? ¿Una cesárea es considerada en edad gestacional como ILE?

Hace tres meses, la nena realizó la primera consulta a una salita de primeros auxilios por una molestia estomacal. Amenazadapor el hombre que la había ultrajado, ella guardó silencio y ocultó el verdadero motivo de los dolores. Nadie en su entorno notó su estado hasta que una nueva consulta derivó en la primera ecografía que data del 11 de enero.

La misma arrojó 23 semanas y media de gestación, es decir, casi seis meses de embarazo. El protocolo jujeño sobre el aborto no punible contempla realizarlo hasta la semana 22. Cuando la niña y su madre solicitaron por escrito la interrupción del embarazo, las autoridades verificaron que el embarazo tenía una gestación superior por lo que quedaba “fuera de protocolo”. Ahora bien, el Código Penal, que se supone por encima que cualquier protocolo provincial, no contempla cantidad de semanas para practicar una ILE en caso de una violación. Sin embargo, los médicos no recomiendan practicar un aborto después de la semana 24, tiempo que rápidamente se cumplió mientras la burocracia giraba en torno a la chiquita.

La polémica, entonces se redobló. Un bebé de seis meses de gestación aún no tiene la madurez para subsistir fuera de la incubadora, pero tiene posibilidad de sobrevida fuera del útero materno. Sus pulmones, entre otros aspectos, no están del todo desarrollados. Sumado a que estaba en el fleje de la recomendación médica y fuera del protocolo provincial, se procedió a interrumpir el embarazo con una cesárea.

El aborto es la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma natural o voluntaria, hecha antes que el feto pueda sobrevivir fuera del útero. Cualquier otra variante no será considerado tal.

El bebé nació con poco más de 700 gramos, no se le tuvo que hacer reanimación pero su evolución será una lotería. Hay bebés que quedan con secuelas neurológicas, otros evolucionan sin ningún tipo de problema y hay quienes mueren. Según estadísticas, hay un 71% de mortalidad en bebés de esa madruez, y su posibilidad de superviviencia sin ningún tipo de enfermedad es baja: apenas el 6,4%.

Por eso los “Pro Vida” reclamaron por que no se esperó a esa maduración pretendida para asegurar la vida de la criatura. Al respecto, el ministro de Salud de Jujuy, Gustavo Bouhid, fue tajante: “Hay que pensar en la nena de 12 años. Estaba en su derecho y además el informe psicológico y del servicio social era contundente. Había riesgo psicológico aumentado para la paciente”.

Sin embargo, en la vereda verde, quienes clamaban por el aborto salieron al cruce: una cesárea no es un aborto. Esa chica tiene que llevar una cicatriz (producto de la cesárea) de por vida. Como si el dolor del ultraje y el silencio no hubieran hecho ya mella en una nena que al fin y al cabo, pudo interrumpir legalmente su embarazo en un caso controversial que reflotó la grieta de los pañuelos, puso en evidencia los vacíos legales y sentó un precedente polémico.

Fuente: Crónica