Cáncer infantil: la detección precoz es clave para la cura

El cáncer es una enfermedad curable, la detección temprana, el diagnóstico oportuno y el correcto manejo de la misma pueden mejorar el pronóstico del niño y aumentar las posibilidades de cura.

El cáncer en pediatría es una enfermedad rara, sólo se diagnostican 135-150 casos cada 1.000.000 de niños menores de 15 años. Los tumores más frecuentes son las leucemias, con el 40% de los casos, seguidos por los del sistema nervioso central con aproximadamente el 20%, y los linfomas con el 15%.

Para poder obtener mejores resultados resulta fundamental tener un centro de alta complejidad como lo es el Hospital Alemán, en donde se lleva a cabo una atención inter-disciplinaria, incluyendo sectores como cirugía, clínica médica, nutrición, salud mental pediátrica y enfermería.
El primer objetivo de los médicos es controlar la enfermedad y el segundo es lograr mantener ese control en el tiempo. También es fundamental llegar a la cura con la menor cantidad de secuelas posibles, intentando que el niño pueda desarrollar una vida común y corriente.

¿Cuándo sospechar un cáncer?

Es engañoso ya que los síntomas pueden ser los mismos que los de una enfermedad viral. Por lo tanto es primordial el rol del médico en la detección de la patología.
Posibles síntomas relacionados con el cáncer, que ameritan una consulta son su médico de cabecera:
• Fiebre, perdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de facil aparición, persistentes e inexplicables.
• Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios.
• Dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles.
• Manchita blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión, protuberancia del globo ocular.
• Signos neurológicos como cambios de conducta, trastornos de equilibrio, marcha, dolor de cabeza, agrandamiento de la cabeza.
• Vómitos por la mañana, estados febriles recurrentes no relacionados con infecciones.
También hay que consultar cuando el chico pierde el interés en las cosas habituales que venía haciendo o inexplicablemente comienza a decaer su rendimiento escolar.

¿Cuáles son las causas?

No hay una causa definida. Es distinto del cáncer en adultos, en donde se puede atribuir cierta preponderancia a factores de riesgo como el tabaquismo, el exceso de alcohol o la mala alimentación. Tampoco es genético, ya que muy pocos resultan ser hereditarios.

¿Cuál es el rol de la familia?

Cuando tenemos un paciente infantil con un diagnóstico oncológico, no se trabaja sólo con el niño, sino que también con la familia y su entorno.
Se le brinda información a todas las partes involucradas, elaborada en conjunto con salud mental pediátrica y pediatría. Es fundamental que esté adaptada para niños o adolescentes (según el caso), para que los compañeros de colegio puedan interiorizarse en el tema y ayudar al paciente.
Un chico con estas características es un shock para la familia, entonces nuestra tarea es fortalecer los vínculos, tratando que lleve una vida lo más normal posible.

Grupos de padres

En el Hospital hacemos grupos de padres, guiados por un papá que pertenece a la Fundación María Cecilia de ayuda al niño oncológico. En ese grupo ellos hablan sin profesionales, para que puedan tener libertad de expresarse. El objetivo es brindar contención y apoyo mutuo.
Allí se intercambian las experiencias de padres que están comenzando con algunos que ya finalizaron el tratamiento. Hay algunos que ya tuvieron nietos, lo cual reconforta y ayuda a ver la enfermedad desde otra óptica.