Viandas para el colegio: fáciles de preparar y muy ricas

La pregunta surge especialmente en esta época de reinicio de clases: ¿puede ser una vianda saludable fácil de preparar y rica? La respuesta es “si” y si bien lleva un poco más de tiempo, no es mucho. En esta nota, la cocinera Jimena Monteverde nos brinda algunos detalles para prepararlas ricas y sanas con pequeños detalles. Dejar que los chicos participen es una buena opcion para lograrlo.

Retomar la rutina después de las vacaciones es todo un desafío. Cuesta volver a entrar en ritmo y, más aún, adquirir hábitos nuevos que requieran un poco más de tiempo, como pensar y preparar las viandas para que los chicos se lleven a la escuela. Y acá ya aparece el conflicto: ¿qué prepararles que los alimente y que les guste? Porque muchas veces, lo que los chicos piden no coincide con las cosas más nutritivas o saludables.

Entonces, uno cae en la tentación de lo más fácil: darles plata para que se compren un sándwich en el kiosco del colegio. O mandarles un paquete entero de galletitas que volverá, seguramente, vacío. Y acá surge la gran pregunta: ¿puede ser una vianda saludable fácil de preparar y rica? La respuesta es “sí”. Nos llevará un poco más de tiempo, pero no demasiado. Con pocos ingredientes, una buena organización y un poco de maña podemos hacer que los chicos coman mejor y rico y, a la vez, armar nuestras propias viandas para el trabajo. Porque una tortilla de arvejas express, unos cucuruchos crocantes de atún o una galletitas o una tarta de jamón y queso soufleé, que nos comparte la cocinera Jimena Monteverde, les gustan a grandes y chicos por igual.

A pesar de que siempre trabajó mucho (empezó vendiendo tortas, tuvo un kiosco de cosas dulces caseras, tuvo su propio restaurante, escribió libros de cocina, tuvo programas de tevé, etc.), Jimena siempre se hizo un tiempo para las viandas de sus hijos y ahora nos da algunos consejos para no estresarnos en el intento: “A mis hijos les mandaba el tomate envuelto en film o en aluminio, la mayonesa en un tarrito aparte. Entonces, veían al chico que tenían al lado al que le habían mandado los ñoquis que eran una bola y me decían ‘mamá, cada vez que abrimos la lunchera, mis amigos me miran y quieren comer lo mío’. Les mandaba las milanesas de pollo cortadas con una servilleta de papel abajo para que absorbiera la humedad al calentarlas en el microondas. Cosas que por ahí son una pavada pero que hace que el chico se alimente mejor”.

Dejar que los chicos participen en la cocina ayuda mucho. Por ejemplo, a las “galletitas divertidas” las pueden colocar en la placa y decorar con lo que más les guste: granas, confites, chips blancos o negros, etc. “Está bueno hacer las galletitas en casa y tenerlas guardadas en un frasco. Son mucho más sanas que las compradas porque no tienen conservantes ni colorantes. Es una opción para que, además, los chicos vean que uno en casa puede hacer cosas ricas”.

También es importante la limpieza de los recipientes donde se llevan las viandas. “Cuando doy clases para mamás o para gente de oficina, siempre les digo: ‘los recipientes herméticos juntan mucha bacteria’. Para que no les pase, lo ideal es dejarlos en agua con lavandina y después, con un cepillo de dientes limpio, pasarles bien por los surcos donde calza la tapa que siempre junta moho. Y dejarlos destapados para que se sequen de un día para otro. Por lo menos no llegan contaminados ni con feo olor”, aconseja.

Los cucuruchos de atún son muy fáciles y versátiles. “De la misma manera, se pueden hacer de choclo y queso o de puré de calabaza y queso. Una vez que se enfrían, recién ahí se pueden guardar en el recipiente hermético para que queden crocantes. También se pueden pincelar con huevo y ponerles semillas de sésamo, que tienen mucho calcio”. Las opciones son muchas y se pueden aprovechar los productos de estación para ir variando los rellenos.

La tortilla de arvejas es una alternativa muy sencilla porque incluye arvejas de lata, que mantienen sus propiedades y ya vienen listas para utilizar. “Yo recomiendo las frescas o verdes, no las secas remojadas. Porque las frescas son más verdes y más sabrosas. Esta tortilla se puede cortar en cuadraditos o, en vez de hacerla en sartén, hacerla al horno y ponerle tomate y queso por arriba. Es importante que los chicos incorporen legumbres, en este caso las arvejas, porque son una muy buena fuente de hierro y de vitaminas que a veces nos faltan porque los argentinos no consumimos mucha legumbre”, concluye Jimena Monteverde.

TORTILLA DE ARVEJAS

Ingredientes: 1 lata de arvejas grande, 3 huevos, 1 taza de queso rallado, 1 cda. de provenzal seca o perejil seco, aceite, pimienta. Preparación: en un bowl, colocá las arvejas. Agregar queso rallado, huevos y perejil o provenzal. Salpimentá. En sartén chica, verté el aceite y dejá que se caliente a fuego bien fuerte. Luego, volcá la preparación y bajá el fuego. Revolvé mientras se coagula el huevo. Cuando tome consistencia más espesa, (10-12 minutos), dejá que se termine de cocinar y, con una espátula de goma, despegá los bordes de la tortilla para que sea más fácil invertirla. Colocá un plato sobre la tortilla, presionalo con una mano y, con la otra, tomá el mango de la sartén para girarla y que caiga sobre el plato. Colocá la sartén nuevamente sobre el fuego y, con la ayuda de la espátula, acomodá la tortilla para que se cocine del lado crudo de 3 a 4 minutos más. Retirá y serví. Siempre a fuego bajo.

GALLETAS DIVERTIDAS

Las galletitas divertidas es una buena oportunidad para que los chicos participen en la cocina. Este es el detalle de su preparación:

Ingredientes:

100 gramos de manteca.

1/2 taza de azúcar.

1 huevo.

1 cucharada de esencia de vainilla.

1 y 1/2 tazas de harina 0000.

1 cucharadita de polvo para hornear.

1 taza de confites de chocolate.

Preparación:

En un bowl, batí la manteca (pomada, a temperatura ambiente) junto con el azúcar hasta que ésta se disuelva.

Incorporá la esencia de vainilla, el huevo y, por último, la harina mezclada con el polvo para hornear. No te preocupes si no queda una masa firme, ¡es así! En una placa, colocá cucharadas de la preparación. Siempre dejá espacio entre sí, porque se agrandan bastante. Pega los confites sobre cada galletita y llevá a horno precalentado a 180ºC, hasta que se doren.