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Claves para disfrutar de los espumantes

La manera de conservarlos, de servirlos hasta las situaciones en donde beberlo hacen de esta bebida distinta y especial. Algunos consejos para disfrutarlo en cualquier oportunidad

Lejos de meternos en lo estrictamente técnico acercamos al consumidor algún consejo a tener en cuenta para disfrutar aún más del vino, en este caso de los espumantes. Esta bebida, protagonista de los momento más felices en la vida de las personas y actor clave en celebraciones y festejos requiere de algunos tips para ser disfrutada en su totalidad.

Antes de meternos en un tema meramente de formas, debemos decir que los espumantes que podemos apreciar en nuestro día a día son generalmente elaborados por método champenoise o charmat.

Cuando hablamos de champenoise o método tradicional, que seguramente usted ha visto impreso en alguna etiqueta, nos referimos a aquel por el cual se obtiene un vino base embotellado y dentro de la botella se le agrega nuevamente más azúcar y levaduras para que se pueda generar una segunda fermentación, esta vez dentro de la botella tapada en la que se va a contener todo el gas que esta fermentación genere. Es un producto muy artesanal y que lleva utilización de mano de obra la previa elaboración de un vino base de calidad, con lo cual entendemos que un producto elaborado mediante el método champenoise es un producto que en el mercado va a ser defendido desde su precio.

El sommelier Andrés Lafarge agrega sobre este tipo de espumante: “Además de esta segunda fermentación la botella va a pasar un tiempo de reposo con esas levaduras adentro que al desintegrase van a generar un poco más de volumen, cuerpo y aromas más evolucionados y con tintes a panificados. Esto tampoco quita que haya espumantes elaborados por método champeniose con menos guarda y que apuntan a menor evolución, estamos hablando simplemente de una técnica de elaboración con lo cual también se puede tener un producto fresco y no excesivamente caro”.

Por otra parte, se encuentran los espumantes elaborados con el método charmat, que generalmente no está especificado en la etiqueta. Este mismo procedimiento que se realiza en el método champeniose en una botella, en este se realiza en un tanque, mediante la utilización de un vino base, seco, que se le agrega azúcar y levaduras para que tenga una segunda fermentación. Es un proceso que es más industrial, por lo tanto se puede obtener más producto de manera más rápida por lo que general más económico para la venta. “Pero hay excepciones, no necesariamente tiene que ser productos muy simples y baratos, porque pueden ser espumantes con muy buena materia prima, a veces fermentados en tanques más pequeños e incluso pueden esperar un tiempo para la desintegración de las levaduras dentro del tanque por un tiempo, lo que se conoce como charmat longo, una técnica que utilizan mucho los italianos en tanques más pequeños. Con lo cual podemos encontrar un espumante delicado, complejo, con burbuja muy fina, va a ser un producto que su precio seguro va a oscilar entre un charmat simple y un champenoise”, asegura Lafarge.

Tanto para uno como para el otro, la calidad va a estar dada por dos factores muy importantes: la materia prima y la elaboración del vino base.

Un producto champeniose va a tener más volumen en boca con lo que va a aguantar una comida más consistente. Puede acompañar una cena o un plato que en lo posible tenga algún panificado u otros sabores que puedan generar un contraste. Se podría comparar con un maridaje que podríamos hacer con un vino blanco intenso, como un chardonay con paso por madera. Podría ser una carne de ave, pato con buena grasitud. “Es fantástico porque no solo tienen esta parte compleja de volumen de boca y aroma sino que también conlleva una excelente acidez, muy marcada”, advierte el sommelier.

Por otro lado en el caso del charmat vamos obtener un producto con grandes notas frutales, una acidez punzante y va a tender a ser más económico, perfectos para un coctel de bienvenida, ideal para recibir a invitado en casa. Tener un espumante en la heladera es imprescindible, un producto liviano que abra el apetito para acompañar un canapé, una picada, que bien podrían ser unas bruschetas con salmón ahumado, una espuma acida, o cualquier canapé tradicional.

“¿Por qué no tomar un espumante mientras se prepara el asado?”, se pregunta Lafarge. “Si generalmente el asador está acompañado por alguien que le da su apoyo y por su puesto conversación. Es ideal para ese momento antes de optar por un tinto. Cuando uno está al lado del fuego, sobre todo en esta época, un espumante es lo ideal. Algo fresco y liviano bajo el calor del verano y frente al calor del fuego, a modo de aperitivo y que decir acompañado de una picada de quesos o salames. Dejemos el tinto para la mesa, en ese caso”, aconseja Andrés.

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