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Coyas y Patagones cumplen 60 años de vigencia

Aunque a muchos les cueste creer y que parezca como si hubiesen sido ayer los festejos por los cincuenta años, la histórica competencia entre las tribus Coyas y Patagones de la Escuela Normal Superior Nº 40 “Mariano Moreno” de san Cristóbal cumple su aniversario número sesenta y la comunidad se prepara para celebrarlo.

Estas competencias son parte de una identidad escolar que consiste en pruebas atléticas, deportivas, intelectuales y culturales entre los alumnos de nivel secundario, bautizados e identificados, con el color verde los Coyas y el color rojo los Patagones, y culmina con la tradicional presentación.

En cada edición, se propone exponer una temática concreta, por lo general, el escenario elegido es el patio del establecimiento, y allí, ambas tribus despliegan sus estructuras, telones, talentos y representaciones de sus trabajos.
Directivos, profesores, padres, egresados y gran cantidad de público se concentran en el clásico “colegio nacional”, para disfrutar de espectáculos maravillosos.

Esa competencia sana siempre movilizó a los jóvenes a trabajar en equipo, involucrarse, colaborar, organizar, gestionar, utilizar recursos y tener un sentido de pertenencia que genera compañerismo en la vida institucional del alumnado y se forjan amistades que duran toda la vida. Por supuesto que también se insume energía, dinero y tiempo.

Realmente se trabaja desde y con el corazón, y aunque por momentos pareció que se había perdido el interés, hoy continúa vigente con pasión y entusiasmo.

Esto surgió hace sesenta años por la necesidad de desarrollar actividades deportivas en la escuela, entonces, una docente diseñó la propuesta de dividir a la población estudiantil en dos tribus, para generar espacio de competencia en el ámbito del deporte, con el tiempo se transformó y adquirió la forma actual, integrando otras disciplinas. Existe un marco normativo que evalúa las categorías, los puntajes, los modos y las condiciones de participación.

Cada tribu tiene como autoridades a un cacique, una princesa, un brujo, una bruja, un hijo y una hija, que se eligen por votación de manera democrática.

Normalmente las actividades que se desarrollaron a lo largo de estos años fueron: futbol, vóley, básquet, justa del saber, pruebas de atletismo, ajedrez y truco. Cada destreza tiene un puntaje y quien obtenga el puntaje mayor gana el juego.
En la ciudad de San Cristóbal, las generaciones están marcadas por el color verde o rojo y esa trayectoria, recuerdo y espíritu se lleva a lo largo de la vida.

Por tal motivo y para homenajear a todos los alumnos que pasaron por la institución, el semanario entrevistó a la Profesora y ex Rectora María Ester Lagger de Corona, bautizada patagona y elegida como princesa en el año 1966. Por el lado de los coyas, la Profesora Analía Donnet, princesa en el año 1976. Ambas contaron sus experiencias y recordaron vivencias dentro de las tribus y en la escuela.

Con respecto a qué es Coyas y Patagones, María Ester detalló que “es parte de la identidad de ser alumno del colegio nacional, una escuela pública que tanto queremos. Recuerdo que la señora de Campanela había creado el torneo siendo egresada del Instituto de Educación Física y nosotros lo llevábamos adelante con la ilusión de ganar, la gracia del torneo era la competencia y divertirnos. El cacique era Héctor González, en esa época estábamos muy unidos con el nocturno y buscábamos atletas en las dos modalidades, con la idea de integrar a todos”.

Por su parte, Analía hizo una interesante definición manifestando que “es un fenómeno sancristobalense. Para nosotros era todo, empezaba el año y esperábamos que llegue la época de las competencias y lo sigue siendo. Nosotros somos cuatro hermanos, mi hermana y yo éramos coyas, mis hermanos varones patagones y mis hijos cuatro hijos fueron bautizados coyas. Para saber lo que es hay que vivirlo y sentirlo, el que no lo vivió no lo va a entender nunca. Por ejemplo es muy difícil explicar a la gente de afuera lo que es Coyas y Patagones”.

A través del tiempo, las competencias evolucionaron y cambiaron en algunos aspectos, pero, la esencia sigue siendo la misma.
“Yo creo que San Cristóbal tiene alma de show y eso se nota en las presentaciones, son admirables desde la cultura y la educación. Recorrí el país y no vi nunca un torneo interno de una escuela a la cual se le dedique tanto tiempo. Nosotros teníamos trucos como subirnos a un tanque de agua para simular un cohete espacial o desaparecer dentro de un pozo. Admiro a todos los alumnos que tienen buenas ideas, disciplina y objetivos dentro de las tribus”, dijo María Ester.

“Me acuerdo de la presentación cuando estaba en primer año, Cenicienta hacían los coyas y Blancanieves los patagones, se trabajó muchísimo, a nosotros nos ayudó Bruno Torresi que era director de teatro y fue una experiencia hermosa. Es importante que el alumno se involucre y viva esa experiencia inolvidable que enriquece en un montón de aspectos y que los padres acompañen”, expresó Analía.

Más allá que es una competencia sana y que debe haber un ganador, las travesuras y la rivalidad siempre estuvieron a la orden del día y existen miles de anécdotas.

“Marchábamos por las calles y hacíamos muchas cosas, me acuerdo de la famosa pintada de rojo a las margaritas de los profesores y, por ejemplo, al auto de mi familia lo han sacudido varias veces por ser patagona. Lo más lindo y que se perdió era que después que llorábamos o festejábamos nos íbamos a bailar al club Racing con un wincofon. Yo creo que el color nos dio una identidad y del rojo estoy orgullosísima, pero, siempre respeté a los verdes. Donde hay un coya y un patagón se puede jugar y dar lo mejor de uno”, contó la ex princesa patagona.

“Como travesuras, los varones robaban gallinas para comer y cuando iban a buscarlas al comité escondíamos las plumas. Siempre hubo líos, pasó en todas las épocas y va a seguir pasando. Mi consejo a los jóvenes es que vivan y disfruten de esa maravillosa experiencia porque no se la van a olvidar jamás”, recordó la ex princesa coya.

Seguramente será un fin de semana de reencuentros en la ciudad, la escuela Nº 40 está organizando actividades para el sábado 13 y el domingo 14 de octubre como torneo, mateada, caravana, murales y culminará con una fiesta bailable roja y verde, en el marco del Día Mundial del Sancristobalense.

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