El verano invita a disfrutar del aire libre, pero también exige precaución. La exposición al sol puede causar daños a corto y largo plazo en la piel.
Las camas de bronceado y las lámparas solares emiten radiación UV. El Dr. Carlos Silva advierte sobre sus efectos, que incluyen envejecimiento prematuro y riesgo de cáncer de piel.
En Argentina, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer estima que el 52,8% de los melanomas deriva de la exposición a rayos UV.
Estudios prevén un aumento del 23% en casos de no melanomas y del 19% en melanomas para 2030. El melanoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero frecuentemente en áreas expuestas al sol.
Los síntomas incluyen lunares que cambian de color, sangran o pican.
Es esencial protegerse del sol incluso en días nublados. Las radiaciones UV atraviesan nubes y agua, por lo que todos deben cuidar su piel cada día.
Al elegir protector solar, considera el FPS. Se recomienda un FPS de 30 o más, preferiblemente 50. Las personas con piel clara deben utilizar protectores con mayor protección.
Aplica el protector uniformemente antes de exponerte al sol y reaplica cada dos horas o después de nadar o sudar. Muchas personas cometen el error de aplicarse el protector solo al inicio.
Si estarás al aire libre mucho tiempo, usa ropa de manga larga y pantalones claros. Un sombrero también ayuda a protegerte.
Evita el sol entre las 10:00 y las 16:00, cuando los rayos UV son más fuertes.
Consulta regularmente con un dermatólogo, especialmente si tienes piel sensible o antecedentes de enfermedades cutáneas. Un chequeo anual puede detectar lesiones sospechosas.
La prevención es clave para mantener la salud de la piel a largo plazo. Adoptar hábitos responsables y utilizar protector solar adecuado puede marcar la diferencia. Disfrutar del sol de manera segura requiere cuidado constante.