Ecuador deberá esperar hasta abril para conocer a su próximo presidente, ya que ninguno de los dos candidatos más votados en la elección del domingo logró superar la barrera del 50% más uno de los sufragios.
Con el 82% de los votos escrutados, los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE) muestran un empate técnico entre Luisa González, de la coalición izquierdista Revolución Ciudadana, con el 44,1%, y Daniel Noboa, actual presidente y candidato de la alianza populista ADN, con el 44,5%.
Un resultado ajustado y un escenario incierto
González celebró el resultado desde la sede de su partido en Quito, destacando el crecimiento electoral de su movimiento en la última década y llamando a la unidad de los sectores de izquierda de cara a la segunda vuelta. “Hemos roto la votación histórica de la Revolución Ciudadana en los últimos diez años. Gracias a los ecuatorianos, a mi pueblo, a mi patria. Porque este triunfo es de ustedes. Daniel Noboa representa el miedo, y nosotros representamos la esperanza”, expresó la candidata.
Por su parte, Noboa, quien esperaba consolidarse como el favorito, no se pronunció públicamente tras conocerse los resultados, lo que generó incertidumbre entre sus seguidores.
Obstáculos para la reelección de Noboa
El actual mandatario enfrenta desafíos adicionales en su intento por mantenerse en el poder, debido a un enfrentamiento con su vicepresidenta, Verónica Abad. La tensión entre ambos se profundizó cuando, meses después de asumir la presidencia, Noboa envió a Abad como embajadora a Israel, decisión que la funcionaria calificó como un “exilio forzado”.
El conflicto se intensificó cuando Noboa anunció sus intenciones de competir por la reelección en 2025. Según la legislación ecuatoriana, un presidente en funciones que busca un segundo mandato debe pedir licencia durante la campaña y ceder el poder a su vicepresidente. Sin embargo, Noboa desestimó esta norma, evitando que Abad asuma el mando del Palacio de Carondelet, lo que podría derivar en una disputa legal y política de cara al balotaje.
Con un escenario electoral abierto y una contienda que se anticipa reñida, Ecuador se prepara para una segunda vuelta que definirá el rumbo del país en los próximos años.