En los primeros dos días de exequias del Papa Francisco, cerca de 90.000 fieles acudieron a la Basílica de San Pedro para rendir homenaje al pontífice fallecido el pasado 23 de abril a los 88 años por un derrame cerebral. Desde el miércoles, hombres, mujeres y niños provenientes de diferentes países formaron largas colas para despedirse del Sumo Pontífice, quien yacía en un ataúd con un rosario entre sus manos, un anillo de plata, la mitra blanca en su cabeza, y vestido con una casulla roja y un palio con cruces bordadas en negro.
La Guardia Suiza vigilaba el cuerpo del Papa, mientras que las fuerzas de seguridad de Roma, entre ellas la Policía de Estado y la Guardia de Finanzas, custodiaban las inmediaciones de la Plaza de San Pedro, que se llenó de fieles religiosos. La ceremonia de despedida continúa con una gran participación internacional, evidenciando la profunda conexión del Papa con millones de personas alrededor del mundo.
Por su parte, el 25 de abril, 113 cardenales participaron de la tercera Congregación General, en la que se determinó que el cardenal Víctor Manuel Fernández, de 62 años, presidiría la Misa del sexto día de los Novendiales. También se estableció que el padre Donato Ogliari, Abad de la Basílica de San Pablo Extramuros, pronunciará la primera meditación el lunes, y que el cardenal Raniero Cantalamessa, predicador emérito de la Casa Pontificia, dirigirá la segunda meditación al comienzo del cónclave.
Este sábado 26 de abril, se llevará a cabo el funeral de Francisco, al que asistirán 130 delegaciones, entre las que se destacan 50 mandatarios y diez soberanos reinantes. El entierro del Papa se realizará en un nicho de la nave lateral de la Basílica de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, junto al Altar de San Francisco. Su tumba, según lo solicitado en su testamento, será sencilla, hecha de mármol de Liguria, y llevará solo la inscripción «Franciscus», junto con una reproducción de su cruz pectoral.
El Papa Francisco será recordado no solo por sus enseñanzas espirituales, sino también por su legado de servicio y dedicación a la Iglesia Católica y al mundo entero.