En abril de 2023, el Papa Francisco protagonizó un documental que se convirtió en un puente inesperado entre la Iglesia y las nuevas generaciones. El film, producido por Disney+ y centrado en un encuentro del Sumo Pontífice con jóvenes de diversas culturas y realidades, abordó de forma frontal y sin tapujos temáticas que durante años parecían inabordables dentro del Vaticano: entre ellas, la inclusión del colectivo LGBT+.
Uno de los momentos más resonantes del documental fue el intercambio con Celia, una persona cristiana y no binaria, quien preguntó al Papa si había un espacio para las personas trans, no binarias o del colectivo LGBT+ en la Iglesia. La respuesta de Francisco fue clara y empática: “Toda persona es hijo de Dios, toda. Dios no rechaza a nadie, Dios es padre. Yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia. Es un deber recibir siempre. La Iglesia no le puede cerrar la puerta a nadie”.
Además, al ser consultado sobre aquellos sectores religiosos que promueven el odio hacia las diversidades, el Pontífice no dudó en repudiar esa postura: “Esa gente son infiltrados que aprovechan la escuela de la Iglesia para sus pasiones personales. Son ideologías cerradas. En el fondo, toda esa gente vive un drama interno muy grande, y condenan a los demás porque no saben pedir perdón por sus propias faltas”.
El documental se enmarca dentro de una serie de gestos y declaraciones del Papa Francisco que, en los últimos años, marcaron una apertura sin precedentes hacia temas como la homosexualidad y la diversidad sexual. “La homosexualidad no es un delito, es una condición humana. Lo que es pecado es la falta de caridad con el prójimo”, había dicho en una entrevista anterior.
Con la muerte de Francisco, muchos fieles y activistas temen que esta línea de cercanía y apertura pueda verse interrumpida con la llegada de un nuevo líder espiritual. No obstante, el legado del Papa argentino queda registrado no solo en documentos oficiales, sino también en gestos concretos que conmovieron al mundo.