El Gobierno de Israel deportó este martes a la activista ambiental Greta Thunberg tras interceptar el barco Madleen, parte de la “Flotilla de la Libertad”, que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza. La embarcación fue capturada a unos 200 kilómetros de la costa y remolcada hasta el puerto de Ashdod, donde Thunberg y otros pasajeros fueron detenidos.
El Madleen zarpó el 1 de junio desde Sicilia con la misión de llevar alimentos y suministros médicos a la población de Gaza, y de denunciar el bloqueo impuesto por Israel. Thunberg había expresado en sus redes sociales que el objetivo era “frenar el bloqueo israelí y el genocidio”.
Por su parte, las autoridades israelíes rechazaron la acción, calificando el barco como un “yate selfie” y acusando a los activistas de buscar “provocaciones mediáticas con fines publicitarios”. Desde el Gobierno también destacaron que “más de 1200 camiones con ayuda han ingresado a Gaza en las últimas dos semanas”, asegurando que existen canales oficiales para la entrega de asistencia sin “provocaciones ni selfies”.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había acusado previamente a Thunberg de ser “antisemita y propagandista de Hamás” y advirtió que Israel impediría cualquier intento de violar el bloqueo o apoyar a grupos terroristas.
Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Thunberg viajó en un vuelo con escala en Francia rumbo a Suecia. La activista y tres acompañantes aceptaron la deportación, mientras que los otros ocho pasajeros se negaron a firmar la documentación y permanecen detenidos a la espera de una audiencia judicial, según indicó la organización Freedom Flotilla Coalition.
En respuesta, Thunberg denunció que la operación fue “un acto ilegal” y acusó a Israel de “secuestrarnos en aguas internacionales”.