A dos meses del crimen de Augusto Paulón: “Si no es por el hombre será por la justicia de Dios”

Este martes 20 de marzo, día en que se cumplen dos meses del crimen de Augusto Paulón, sus familiares y amigos realizarán una concentración para exigir justicia y recordarlo. Será, desde las 18.30, en la misma plaza donde fue atacado.

Alejandra D’ambra, su madre, habló con Radio EME y contó las virtudes que tenía Augusto “un hombre notable”.

Augusto tenía 23 años y hacía pocos meses había puesto una peluquería. El 20 de enero de este año falleció en el hospital Cullen tras recibir, en la madrugada del día anterior, dos balazos por parte del exnovio de una amiga con la que se encontraba en la esquina de 9 de Julio y Quintana de Santa Fe.
Según detalló en la nota publicada por este medio el periodista Ignacio Mendoza, se pudo saber que esa noche el joven santotomesino había salido de la casa de su abuelo paterno, acompañado de un primo y un amigo, al cual había conocido meses atrás, emprendiendo camino a unirse con un grupo de chicas en una plaza de barrio Fomento 9 de Julio.

Allí permanecieron varias horas hasta que una de las chicas, al recibir constantes presiones de su exnovio, vía teléfono, decidió enviarle una fotografía junto con unos de los presentes: Augusto, al cual había conocido esa misma noche.
En la foto, Augusto no salió con su rostro, pero sí las prendas que vestía aquella noche. Esa indumentaria fue la que después lo terminó llevando a la muerte. Es que los celos del exnovio de la joven que se sacó una selfie hicieron que el menor hoy prófugo de la Justicia arribe a la plaza con un solo fin: quitarle la vida a Augusto.

Cuando el chico (de inciales L.I.C) llegó a la plaza, el grupo de jóvenes se encontraba en una zona de bancos. El asesino se dirigió hasta ese lugar y lo primero que dijo fue: “Sos vos” –por Augusto. La joven víctima atinó a defenderse por lo que se tapó su rostro con su brazo pero no le bastó. Uno de los proyectiles ingresó en la zona del brazo, mientras que el otro lo hirió en la cabeza.

L. I. C. se retiró del lugar con total impunidad, mientras que los presentes, asustados por la situación quedaron perplejos. Minutos después Augusto fue llevado al hospital Cullen, donde un día después se iba a constatar su fallecimiento.