El campo teme que la última suba del dólar impacte en sus costos, muchos de ellos dolarizados, y ve con preocupación el nuevo aumento de tasas que fijó el Banco Central.
Para Dardo Chiesa, presidente de CRA, los aumentos del dólar y las tasas generan “dudas”.
“Las dos son malas noticias, por la incertidumbre y por el crecimiento de las tasas que al privado lo destruye”, afirmó.
En la entidad creen que no es esperable un reacomodamiento en el tipo de cambio en este contexto, al menos no de una magnitud significativa tal que mejore por sí sola la competitividad de las economías regionales. En CRA destacan que son necesarios créditos a tasas que guarden relación con la actividad que los demanda y la formalización de instrumentos financieros o valores negociables que permitan acortar los plazos de cobro por sus productos.
“Hay que reducir los costos financieros ocultos que erosionan la rentabilidad del productor y su capacidad de reinversión y crear un esquema tributario no distorsivo y adecuado acorde a la escala productiva. Los pequeños productores son los más afectados bajo estas inequidades fiscales”, opinaron en la entidad.
Según Ezequiel De Freijo, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), el impacto de la suba del dólar es “diverso”, ya que no es similar en todas las actividades ligadas al campo.
“Por un lado, están las que son principalmente exportadoras, como la agricultura o las economías regionales. Si bien pueden llegar a mejorar en parte sus ingresos, también tienen costos que están atados al dólar, así que no habría un beneficio directo”, dijo De Freijo.
“Para el caso de la ganadería, la lechería, la producción porcina y aviar, cuyos precios dependen del consumo interno, la preocupación vendría por el aumento del precio de los insumos. Esto podría afectar los costos de logística porque el precio del gasoil está vinculado al dólar”, agregó el economista de la Rural.