Por el ajuste, Macri volará en un avión de línea

El Presidente viajará mañana a Canadá en una aeronave comercial; la Casa Militar había aconsejado evitar esa decisión.

Por el ajuste de la política que encaró el Gobierno, el presidente Mauricio Macri subirá mañana nuevamente a un vuelo comercial que lo llevará a Quebec, Canadá, donde participará, como invitado especial, de la cumbre del G-7.

La decisión de no reemplazar el Tango 01, que en la Casa Rosada afirmaron que fue anterior a la decisión de reducir los gastos del Poder Ejecutivo para cumplir con una de las principales metas de la gestión, bajar el déficit fiscal, pone “en serio riesgo” al Presidente, según los informes que realizaron la Casa Militar y el Ministerio de Seguridad.

Pese a esto, fuentes oficiales sostuvieron que no habrá medidas adicionales de seguridad para el jefe del Estado y su comitiva. Por eso la recomendación de los encargados de la seguridad de Macri y su familia era la utilización de un avión “exclusivo para el traslado del Presidente”.

Los potenciales riesgos que podría sufrir Macri, según un informe reservado que preparó y firmó el general de Brigada José Luis Yofre, jefe de la Casa Militar, a cargo de la seguridad presidencial, incluyen el traslado dentro de los aeropuertos, la seguridad física ante los restantes pasajeros, la seguridad del equipaje presidencial, la seguridad física, médica y electrónica durante los vuelos y la imposibilidad de modificar las rutas de vuelos, entre otras cuestiones.

“La cápsula de seguridad que traslada al Presidente, a su grupo familiar y a la comitiva no puede arribar a las proximidades de la aeronave, lo que genera que la comitiva presidencial tenga que desplazarse por espacios públicos en los aeropuertos”, decía la nota que firmó a principio de año Yofre.

Otro de los problemas que identificaron los responsables de la seguridad del jefe del Estado es que el personal de la custodia y los integrantes de la Unidad Médica Presidencial, por las particularidades que tienen los aviones de línea, no se encuentran en un mismo espacio, lo que les impediría llegar a tiempo ante una posible agresión. Y, además, señalan que ello aumenta hipotéticamente el riesgo de que la aeronave sea secuestrada.

“Tanto la custodia presidencial como el personal de la Unidad Médica, que acompañan en el vuelo al primer mandatario y a su grupo familiar, por las particularidades de la aeronave no se encuentran próximos al Presidente, lo que impide apersonarse en el tiempo adecuado ante una posible agresión o necesidad física”, argumentaron en el informe que recibió la Secretaría General de la Presidencia, que conduce Fernando de Andreis.

Peligros hipotéticos
El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, también había realizado una presentación en la que informaba sobre los “peligros” de volar en aeronaves comerciales. En el documento, de 46 páginas, la ministra Bullrich expone 12 puntos que constituyen un “alto riesgo”. Entre los puntos salientes se destacaban la ausencia de custodia armada y la falta de comunicación a la que queda sometido el Presidente durante el vuelo.

En la Cancillería también recomendaron “la utilización de vuelos no comerciales”, ya sean del Gobierno o rentados para mejorar cuestiones de protocolo.

En la nota que hizo llegar el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Jorge Faurie, explicaron que una aeronave privada “ayudaría a maximizar el aprovechamiento de la agenda del Presidente y su comitiva en el país visitado, especialmente en el caso de largos viajes transoceánicos en los que se podría administrar mejor el tiempo necesario de adaptación a la hora y el lugar”.

La Casa Rosada tenía prevista la adquisición de un nuevo avión presidencial para reemplazar el Tango 01, pero los tiempos se fueron dilatando y el actual contexto de “austeridad” terminó por desechar la opción de la compra. El Estado nacional tenía en vista adquirir un Boeing Business Jet.

Desde que asumió, en diciembre de 2015, Macri siempre utilizó para sus giras internacionales vuelos comerciales o privados. El Tango 01, la aeronave que había adquirido el presidente Carlos Menem en 1992, había tenido un largo periplo por los talleres y el costo para poner a punto el viejo avión implicaba una inversión de entre 21 y 26 millones de dólares. En el actual contexto de ajuste y sin opciones, Macri volverá a volar en aviones comerciales.