La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, precisó que trabaja en una licitación para adquirir 300 pistolas no letales.
El Gobierno confirmó que avanzará con la compra de las pistolas Taser; y dispondrá su implementación en trenes y aeropuertos.
Fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien consultada por el tema, tras la publicación de este diario, admitió que “la decisión está tomada“. Y contó que, en principio, las armas no letales que realizan una descarga eléctrica serán utilizadas en aeropuertos y en los trenes.
“Queremos trabajar en lugares donde se precisa un arma de carácter intermedio. Por ejemplo, en un tren el uso de un arma común es mas complicado que un arma de carácter intermedio. Una Taser puede generar una respuesta adecuada en una aglomeración”, detalló en diálogo con La Red.
Confirmada la compra de 300 pistolas
Bullrich, según supo este diario, avanzará inicialmente en la compra de 300 Taser, cuyo precio por unidad, en su formato básico, asciende a los 3 mil pesos. Pero eso número podría triplicarse, ya que se le debe sumar el costo de capacitación – a cargo del fabricante- que la ministra confirmó que dispondrá para el personal a la que se le entregue ese tipo de pistolas. Y, al mismo tiempo, el costo que demande la compra adicional de cámaras especiales, que se montan en las pistolas y graban “la escena del disparo”. Este punto es trascendental dado que el Gobierno quiere tomar recaudos ante eventuales situaciones de denuncias por exceso en su uso. “De esta manera, va a quedar todo grabado y no va a haber lugar a dudas cuando un efectivo le dispara a alguien”, explicaron.
La medida tiene que ver con las críticas que organismos de derechos humanos realizan a la implementación de este tipo de pistolas no letales, por considerar que pueden ser usadas para torturar. Este argumento fue parte de la disputa judicial que se dio en la Ciudad de Buenos Aires, cuando en 2010 Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño planteó que la por entonces Policía Metropolitana usara las Taser. La discusión duró 6 años y la zanjó la Corte Suprema de Justicia en 2016, cuando dejó firme un fallo que autorizaba su implementación, con el argumento de que no había elementos que corroboraran ese cuestionamiento.
Con todo, el desembolso total para la licitación sería cercano a los 3 millones de dólares. “Es un monto similar al que se dispuso para la compra de otros equipamientos”, se limitaron a decir desde Seguridad.
De todos modos, la ministra cuenta con los fondos ya asignados en el presupuesto que le concedió el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para 2019.
En la redacción del pliego, que Bullrich lanzará en los próximos días, ya trabaja el secretario de Coordinación, Formación y Carrera, Alberto Fohrig. Según pudo saber este diario, se trata de una licitación pública, pero al tratarse de un mercado chico a nivel local, se invitará a través de las embajadas a fabricantes de todo el mundo. Hay distintos modelos y se fabrican en varios países, como por ejemplo Estados Unidos, Francia y China.
Por su parte, Eugenio Burzaco, virtual viceministro de Bullrich, defendió la medida: recordó que las Taser “se utilizan en cientos de países” y dijo que “está probado que es muy eficaz para no tener que usar armas de fuego”.
“Hemos decidido a nivel nacional dotar al personal de estas armas no letales para las situaciones de violencia que se dan, para no tener que usar armas de fuego”, explicó el secretario de Seguridad.
Y destacó que los efectivos, de la Policía Federal, que realizan custodias en las formaciones de trenes, y los de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que vigilan en las terminales aéreas, ahora tendrán una respuesta intermedia y alternativa a las armas de fuego. “Entre el bastón y la pistola faltan armas no letales, para que el personal policial pueda actuar”, señaló en radio Mitre.
En efecto, como anticipó el medio Clarín, quienes utilicen las Taser no podrán portar armas de fuego. ¿A qué se debe? Bullrich explicó que quieren evitar que los jueces cuestionen a los efectivos que, ante un hecho, cuestionen el accionar del efectivo que decide utilizar el arma de fuego antes que la Taser. “El juez debe juzgar el hecho, no lo que hubiera sido mejor. Por eso sólo se usará la Taser y no las dos armas”, sostuvo.
