Rosario sumó 1.200 camas para aislar pacientes

Los pacientes no podrán salir hasta que los análisis de laboratorio indiquen que están curados, a todos los trabajadores se les tomará la fiebre y tendrán que bañarse y desinfectar sus pertenencias tanto a la entrada como a la salida. La rutina diaria estará enmarcada por rigurosos horarios de comidas, de aseo y de recreación. Así funcionará el centro de aislamiento montado en el parque Independencia para aquellas personas que se contagien de coronavirus y no necesiten cuidados hospitalarios.

Durante el fin de semana se terminaron de armar las últimas de las 1.200 camas que se distribuirán entre los edificios del Hipódromo y de la ex Rural para albergar en distintos espacios a varones y mujeres, y a menores y mayores de 60 años. El lugar se montó en tiempo récord: en dos semanas robadas al virus, producto del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Hace cien años, el parque Independencia fue pensado como el “pulmón verde” para una ciudad que se mostraba en crecimiento. Ahora, el mismo lugar será uno de los centros de aislamiento para pacientes con diagnóstico positivo de Covid-19 más grandes del país.

El predio de Tecnópolis, que recibirá a la población del gran Buenos Aires, tendrá unas mil camas más que el centro montado en Rosario.

Recién pintados, amueblados, impolutos y ordenados, los tres pabellones de la ex sociedad Rural; la tribuna de socios y el paddock del Hipódromo y las aulas del Instituto Superior de Educación Física (Isef), esperan que el transcurrir flexible de la situación epidemiológica de la pandemia les mande entrar en acción. Y los centros de salud o los hospitales empiecen a derivar a los primeros pacientes.

“Estas instalaciones pueden empezar a usarse dentro de dos horas, mañana por la mañana o la semana que viene, ni bien tengamos un caso confirmado positivo que necesite de este lugar”, señala el secretario General de la Intendencia, Gustavo Zignago. A diferencia de otras localidades del país, donde los sitios disponibles para el aislamiento se distribuyen en espacios pequeños, de hoteles, clubes o escuelas; en Rosario se montó un único lugar para recibir a los infectados de coronavirus que tengan buenas condiciones de salud.

Para armar este espacio, empleados municipales y voluntarios trabajaron por turnos casi 24 x 7 durante unas dos semanas. Hace diez días se concluyó la primera etapa de los trabajos y se habilitaron las primeras 600 camas. Este fin de semana se completaron las instalaciones y se multiplicó por dos el número de plazas disponibles. “Fue una tarea conjunta entre provincia, municipio y también muchos privados y organizaciones sociales que donaron bienes y horas de trabajo”, destaca el funcionario.

Un protocolo muy estricto

El lugar elegido para montar el centro de aislamiento no fue casual. Las instalaciones del predio ferial y el hipódromo están rodeadas de verde y no tienen viviendas cercanas. De ser necesario, hasta podría cerrarse la circulación en ese sector del parque. Ambos espacios tienen también sanitarios y vestuarios, áreas de comedor y de esparcimiento y calles internas que facilitan el acceso de vehículos. El lugar permite también un fácil acceso a centros de salud y hospitales en caso de que sea necesario.

También permiten separarlos en sectores para alojar poblaciones diferentes. Por ejemplo, los galpones de la ex Rural recibirán a los varones, en un pabellón a los mayores de 60 años y en otro a los menores de esa edad. En tanto, la primera planta del hipódromo se habilitará para mujeres que podrán alojarse junto a sus hijos, si tienen menos de 14 años, y en el segundo piso habrá mujeres solas de menos de 60 años. En la planta alta, en tanto, permanecerán las mujeres de más de 60 años. Cada grupo tendrá también sus horarios para el uso de comedor y sanitarios.

80/15/5

Con la experiencia de otros países, los epidemiólogos han podido aprender algunas cosas del virus. Una de ellas se expresa en porcentajes: 80,15 y 5. Con esto indican que dentro de una población, el 80 por ciento se infectará casi sin enterarse, con pocos síntomas o muy leves. El 15 por ciento puede sufrir complicaciones, la neumonía es la más frecuente, y necesitará tratamiento. Y el 5 por ciento restante demandará internación en áreas de cuidados críticos.

Las personas que se alojarán en el centro de aislamiento están entre las 80 del primer grupo. Por eso, entre las 350 personas que trabajarán asistiéndolas habrá médicos, paramédicos y enfermeros, pero sobre todo personal de limpieza y mantenimiento, de las áreas de recreación y cultura, de seguridad y de salud mental.

Todo este personal, destaca Zignago, fue reclutado entre los trabajadores del municipio y el miércoles pasado recibió una capacitación especial sobre la prevención del coronavirus. Las instalaciones también están preparadas para evitar contagio de los trabajadores. Antes de ingresar, por ejemplo, se les tomará la fiebre y tendrán un sector de vestuarios donde podrán desinfectar y dejar su ropa y pertenencias antes de comenzar la jornada, para repetir esta operación al volver a su casa. Y en el predio se habilitarán motorhomes especiales para el descanso de los trabajadores y el personal de salud. Incluso algunos podrán elegir vivir en esos lugares si prefieren no regresar a su casa después de su turno de trabajo.

La idea es que el contacto entre el adentro y el afuera del centro de aislamiento sea lo más reducido posible. Los únicos servicios tercerizados serán la vigilancia, la recolección de basura (los desechos de los enfermos necesitan el tratamiento de residuos patológicos), la lavandería de sábanas y toallas y las comidas.

Zignago destaca que las “estadías de los enfermos serán largas, por lo menos de 14 días”, por lo cual “se prestará una particular mirada a la convivencia en ámbitos obligados como estos”. Estos detalles están en la concepción de los lugares: se colocó en cada cama una caja plástica con toallas, jabón y espacio para el guardado de cosas personales, se potenció la señal de internet, se multiplicaron los enchufes para cargar celulares y se instalaron pantallas de TV que tendrán una función de comunicación interna, pero también permitirán actividades recreativas.

También se puso el acento en el diseño de las rutinas: con intervalos horarios rígidos para las tres comidas del día, el aseo y la realización de actividades recreativas. “Hay mucho espacio al aire libre, mesas de ping pong y metegoles, pantallas y a las 22 se apaga la luz”, resume el secretario General de la Intendencia.

Así, las instalaciones están listas, a la espera de los pacientes.