Mirá cómo aprender a reconocer cuándo estamos comiendo por ansiedad.
Las emociones influyen por completo y de manera significativa en todo el organismo humano. Por eso, la alimentación no se queda afuera. Si alguien tiene angustia, ansiedad o aburrimiento, suele encontrar la respuesta en la comida. Sin embargo, es necesario identificar las emociones y saber cuándo realmente come para saciar su hambre.
Mireia Hurtado, especialista en dietética y Mindful Eating, indicó en su blog que el hambre psicológica o emocional es “una forma de comer acompañada por una urgencia muy fuerte que no responde a un propósito de nutrir el cuerpo, sino que tiene el propósito de confortar, calmar, recompensar, distraer y regular emociones negativas”.
Por eso es importante saber diferenciarlas de la sensación de verdadero hambre. En primer lugar hay que reconocer donde se manifiesta. El físico nace en el estómago como en el cuerpo, con una sensación de baja energía. El emocional no se manifiesta en el estómago.
Cuando una persona tienen hambre real, requieren alimentos de todo tipo, tales como fruta, carne o verduras. Por el contrario, cuando el hambre es emocional, normalmente, solo suele calmarse con alimentos de alto contenido en azúcares, grasas o sal.
En tanto, el tiempo que transcurrió de una última comida a otra también es importante. Generalmente, el cuerpo pide comida cuando tiene hambre luego de varias horas de una comida abundante, mientras que lo emocional está presente en cualquier momento.