La chica que denuncia a Lautaro Teruel por abuso dijo que le pareció “que se estaban turnando”

La joven relató qué pasó, qué la llevó a hacer la denuncia por Facebook y las secuelas que sufrió

El juicio que tiene en el banquillo a Lautaro Teruel (30) —hijo de Mario Teruel, integrante de Los Nocheros— siguió este viernes con la declaración de una de las víctimas.

El joven enfrenta dos acusaciones de abuso sexual. Una de ellas de una joven que relató haber sido agredida por el joven entre sus diez y trece años.

Luego de cuatro jornadas, el juicio llevado a cabo por la Sala III del Tribunal de Juicio de Salta, avanzó este viernes con el testimonio de una joven que tenía 19 años en 2014, cuando —según su declaración— sufrió abuso sexual de parte de Lautaro Teruel y de dos amigos de él, Gonzalo Isaac Farfán y Silvio Ezequiel Rodríguez.

La joven declaró sin la presencia de los imputados en la sala, en la que tampoco se permitió la presencia de público.

El relato de la víctima
Según reconstruyó el Ministerio Público Fiscal de Salta (MPF), la denunciante contó que en enero o febrero de 2014, un amigo la invitó a un bar de Balcarce. Cuando estaban ahí, ella recibió un mensaje en el que Teruel, Farfán y Rodríguez le proponían hacer algo esa noche. Ella les dijo dónde estaba y al rato los tres imputados se sumaron al encuentro.

Pidieron algo para comer y beber. En un momento, el amigo de la chica le dijo que se tenía que ir y ella se quedó sola con Teruel y los dos amigos de él. Siguieron charlando, picando algo y tomando cerveza. Al cabo de unas horas, Lautaro propuso ir a una fiesta en casa de una amiga, en el barrio El Huaico. La víctima aceptó “porque no tenía otros planes”, según dijo.

Contó frente al tribunal que se movilizaron en el auto de Teruel y que la reunión era en la terraza de un monoambiente. Allí bailaron en ronda con los imputados, mientras compartían bebidas alcohólicas. Al llegar al lugar, ella saludó a un solo conocido.

La chica contó que días antes había conocido a Rodríguez en casa de una amiga y ya le había gustado. En la noche de la fiesta en la terraza, “pegaron onda”. Bailaron, se besaron y, en un rincón más privado, “todo comenzó a subir de tono”. Luego se reincorporaron al grupo. Ella —dijo en el juicio— ya había empezado a sentirse afectada por el alcohol.

En determinado momento —y siempre según lo informado por el MPF salteño—, los imputados decidieron irse y le propusieron pasar por un boliche de calle San Luis. Ella aceptó porque no quería irse a su casa sola, en el estado en que se encontraba. Al llegar, el local estaba casi vacío. Entonces surgió la idea de ir a la casa de Teruel, y ella accedió. La idea era seguir tomando y charlando.

La denunciante refirió que conocía la casa porque había ido antes, pero solo había estado en el área del quincho y el patio.

Rodríguez la condujo de la mano a una habitación que estaba arriba, subiendo por una escalera en espiral. Ella lo siguió porque quería estar con él. Describió que allí había una cama chica y una ventana, y que él cerró la puerta.

Cuando estaban teniendo relaciones, ella se encontraba de espaldas a la puerta y entró Teruel, desnudo, y la accedió carnalmente, contó la chica. Manifestó que Rodríguez no dijo nada y salió de la habitación. Entonces entró Gonzalo Farfán, también desnudo. A ella le dio la sensación de que “se estaban turnando”. Expresó que “se sintió horrible” y entonces Gonzalo Farfán se retiró de la habitación.

Sostuvo que no sabía qué podía pasar y que le costaba reaccionar. Entonces decidió cambiarse y bajó sola las escaleras. Estaba muy nerviosa y perdida.

Dijo que vio a Teruel y a Gonzalo Farfán dando vueltas por la casa, pero no se animaba a hablarles. En un momento, ellos le dijeron que iban a pedir un taxi. Ella se quedó sola hasta que llegó el auto. Gonzalo se fue con ella porque vivía cerca de su casa y siempre volvían juntos, pero en el camino no hablaron.

La víctima refirió que había conocido a Teruel en 2012, por un amigo en común que los había presentado. Ese amigo la llevó a la casa de Lautaro y allí estaba Gonzalo. Farfán tocaba el bajo y ella también sabía de música, así que congeniaron enseguida. Comenzaron a verse seguido y compartían salidas al cine y al teatro. Dijo que confiaba mucho en él y lo consideraba un hermano.

Con Lautaro —explicó— la relación era más superficial. Notaba que a veces él le hacía insinuaciones, chistes, pero ella no le daba lugar.

La denunciante afirmó no recordar si la noche del hecho fumó marihuana, pero admitió que era factible, porque en ese grupo de amigos solían consumirla. Dijo que le convidaban y que ella a veces aceptaba y a veces no. Explicó que no le gustaba fumar porque había tenido una experiencia negativa con la marihuana y no se sentía cómoda.