La historia del Convento de San Francisco de Santa Fe

Los franciscanos en Santa Fe.


La Orden de los Frailes Menores (franciscanos) fue la primera que se instaló en Santa Fe la Vieja. Según algunos historiadores, los frailes ya habían estado presentes en la fundación de la ciudad.

LA IGLESIA Y EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO
Los franciscanos construyeron su Iglesia y su convento con los materiales y los recursos financieros disponibles.Hecho realidad el traslado de Santa Fe la Vieja en 1660, la nueva iglesia de San Francisco fue una precaria construcción de barro y paja ubicada, al igual que en la antigua ciudad, a una cuadra al sur de la Plaza Mayor.La edificación actual se comenzó a levantar en 1673, y los trabajos se dieron por concluidos en 1688, aunque se continuaron las obras de los claustros. La iglesia es de nave única que presenta como característica la prolongación de los muros laterales sobre la fachada, permitiendo el avance de la cubierta sobre el atrio. Tiene su puerta principal hacia el frente y dos puertas laterales, una de las cuales comunica con una galería que da a la calle del oeste y la otra con la galería del claustro. Una cuarta puerta, de menores dimensiones permite el paso desde la sacristía.Un pasadizo permitía el paso desde el patio conventual a los traspatios y corrales donde se deben haber levantado construcciones más precarias destinadas a cocinas, depósitos y cuartos para esclavos e indios de servicio. El resto de los espacios libres debe haber servido de huerta, con verduras, hortalizas y árboles frutales para el consumo conventual.Los muros del templo y del convento fueron construidos con la técnica de la tapia o tierra apisonada. Techumbre interior de madera tallada a mano, encastrada siendo la exterior de tejas.


Recorriendo sus salas se entretejen cantidades de historias, entre ellas la tragedia que provocó la gran creciente de 1825, cuando un tigre americano (jaguar) llegó a la huerta del convento e ingresó a la contrasacristía atacando a un hermano, a un sacerdote franciscano.
La noticia de inmediato corrió por toda la ciudad causando gran pánico, a un costado de la nave central, se encuentra una larga y añeja mesa con una profunda hendidura del zarpazo dado por el sanguinario felino.El templo mantuvo su aspecto original hasta fines del siglo XIX, ya en 1918 se le agregó una nueva fachada cerrando el atrio semicubierto con una pantalla que pretendía dar un toque “italiano” al exterior. En 1938, durante el gobierno de Manuel de Iriondo se ordena desde el gobierno provincial la sistematización del área inmediata a San Francisco, dentro del proyecto del Parque del Sur, respetando las modificaciones que presentaba la fachada.Las maderas usadas en todo el templo, que son de cedro, lapacho, algarrobo, quebracho colorado y otras, eran traídas de los bosques del Paraguay. En todo el artesonado no hay un solo clavo de hierro, todo es ajustado con madera en forma de trabas y cuñas.
En la sacristía, se conserva el Cristo ante el cual juraron los constituyentes de 1853, además de un confesionario labrado y el púlpito.
LAS TUMBAS QUE ALBERGA
Desde la antigüedad, las iglesias eran verdaderos cementerios cristianos
En el interior de la Iglesia, por ejemplo, descansan los restos del Brigadier General Estanislao López y de su esposa Josefa Rodríguez del Fresno (junto a ellos está el epitafio que dedicara Juan Manuel de Rosas a la memoria del Brigadier tras su muerte), el Padre Magallanes (víctima de la tragedia del yaguareté) y de fray Adriano Rincón, legendario religioso y personalidad santafesina por adopción, entre muchos otros.En 1942 se lo declara Monumento Histórico Nacional, y entre 1949 y 1952 se realiza una segunda restauración, en la cual se reconstruye el ala norte del convento para instalar el museo.
Locución Mario Galoppo
Producción Radio EME