Fanáticos y seres queridos del mítico músico de rock que trascendió fronteras y generaciones participaron del último adiós en la Ciudad de Mendoza.
Por disposición de los familiares de Marciano, el Ejecutivo provincial realizó un velatorio público desde las 9 hasta las 17 de este viernes.
Cuando llegó la hora pautada, el féretro que contiene los restos del cantante fue trasladado desde el interior del inmueble hasta la carroza fúnebre.
Durante todo ese trayecto se entonaron, entre lágrimas y aplausos, clásicos temas de la banda que marcó generaciones.
UN ADIÓS MULTITUDINARIO
Quienes primero llegaron al velorio oficial fueron los familiares del cantante. Y si bien se había anunciado que el último adiós al líder de Los Enanitos Verdes comenzaría a partir de las 9 -abierto al público-, la primera hora fue destinada a la intimidad de la familia del artista. Por esto mismo es que recién pasadas las 10:15 se abrieron las puertas de la sala Elina Alba para el público en general.
Con fotos y guitarra en mano, miles de fanáticos se acercaron a homenajear al músico de la banda que marcó un antes y un después en la historia de la música de Mendoza. Incluso, quienes salían del interior de la sala y con lágrimas en sus ojos no podían evitar cantar -aunque sin sonido- la canción de Los Enanitos Verdes que estuviera sonando en la calle. La lectura de labios entre quienes se acercaron al lugar arrojó un veredicto contundente y unánime: nadie pudo evitar cantar alguna canción durante el transcurso de la ceremonia, ¡la que fuera!
UN MÚSICO QUE TRASCENDIÓ FRONTERAS Y GENERACIONES
Intentar definir un único patrón para agrupar a los y las fans de Los Enanitos Verdes que se acercaron al Ministerio de Turismo y Cultura de Mendoza para el velorio de Marciano Cantero se convierte en una misión imposible. Porque cerca del mediodía había adolescentes que acababan de salir del colegio y se acercaron al lugar, pero también estaban aquellos rockeros cuarentones y hasta sesentones -y más también- que crecieron junto a Marciano Cantero.
“Lo traje a mi hijo, que tiene 8 años, para que dentro de 20 años, cuando a él le cuenten de un gran trovador que tuvo Mendoza y se llamó Marciano Cantero, él tenga el recuerdo de haber estado en su último adiós”, resumió Alberto Zamora, quien se acercó, se emocionó y hasta cantó algunas estrofas de temas de Los Enanitos Verdes.