Suspenden reuniones sociales en el sur de la India por el rebrote de un virus mortal

El país asiático ha registrado dos muertes por causa del virus Nipah, que ha reaparecido tras varios años. No tiene vacuna y su tasa de mortalidad está entre un 40% y un 75%.

Tras la muerte de dos personas, las autoridades sanitarias de la India, han elevado el alerta y procedieron al cierre de algunas escuelas en, al menos, siete aldeas en el distrito de Kozhikode (en el estado de Kerala).

La ministra de Salud de Kerala, Veena George, ha anunciado en una sesión parlamentaria que estas aldeas han sido declaradas como zonas de contención del virus.

Los expertos del país se han trasladado ya al estado afectado por el brote de Nipah para recoger muestras de fluidos de murciélagos y también de árboles frutales de la zona, pues ambos son potenciales portadores de un virus para el que no hay vacuna. “Estamos haciendo pruebas en seres humanos y, al mismo tiempo, los expertos están recogiendo muestras de fluidos de zonas boscosas que podrían ser el punto caliente de la propagación”, ha confirmado la ministra.

La preocupación ha hecho que se convocara una reunión de emergencia, en la que se ha acordado aumentar la capacidad de respuesta de Kozhikode, con la instalación de unidades móviles con las que ayudar a los centros médicos de la zona. El estado, a su vez, emitió algunas recomendaciones para prevenir el contagio, además de un plan de prevención en caso de mostrar los síntomas propios del virus.

El primer brote de este virus en India se detectó en junio de 2018, cuando murieron 17 personas en los estados de Kozhikode y Mallapuram. En 2021 también se detectó esta enfermedad en varias especies de murciélagos del país.

El virus mortal Nipah es una enfermedad zoonótica, que puede transmitirse de animales a seres humanos. Se registró por primera vez en cerdos domésticos en Malasia y Singapur, entre los años 1998 y 1999. Los huéspedes naturales de este virus son los murciélagos, en especial los frugívoros (conocidos también como zorros voladores). Los síntomas en fase inicial con dolor de cabeza, fiebre alta, vómitos, dolor muscular y complicaciones respiratorias. No obstante, en casos de mayor gravedad puede provocar encefalitis (una inflamación del cerebro).

Una de las principales formas de contagio es a través de los fluidos corporales de una persona infectada, como pueden ser la saliva o la sangre. Pero no son los únicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también se puede dar a través de frutas y productos como la savia, contaminados previamente con orina o saliva de murciélagos frugívoros infectados. Desde el organismo afirman que la letalidad oscila entre el 40% y el 75%, variando según los brotes.

El periodo de incubación es, aproximadamente, de entre cuatro y catorce días. Pero se han notificado casos de periodos de incubación de hasta 45 días. Según datos de la OMS, el 20% de los pacientes que se recuperan se quedan con secuelas neurológicas residuales, como convulsiones y cambios de personalidad. Para este virus no hay vacuna preventiva, por lo que los expertos únicamente pueden ocuparse de tratamientos sintomáticos a través de anticuerpos monoclonales. Junto a otros virus como el ébola o el zika, la OMS lo incluye como las enfermedades prioritarias para investigar debido a su potencial epidémico. La organización vigila, especialmente, las regiones de Asia sudoriental y Pacífico occidental.