El uso excesivo de pantallas en la infancia temprana está afectando el desarrollo del habla en los más pequeños. Así lo revela un estudio dirigido por el investigador Lucas Gago Galvagno, Magíster en Psicología Cognitiva y del Aprendizaje y Doctor en Psicología, quien advierte sobre el impacto negativo que la tecnología tiene en los niños de 0 a 3 años.
«Los chicos están cada vez más conectados a las pantallas, y es difícil alejarlos de ellas. Los tiempos de exposición son cada vez mayores y afectan el lenguaje desde edades muy tempranas», explicó Gago Galvagno en diálogo con EME.
Cómo se realizó la investigación
El estudio se basó en dos tipos de análisis. En primer lugar, se realizaron pruebas neuropsicológicas con juguetes que demandan esfuerzo cognitivo, evaluando cómo los niños resolvían estas tareas en función del tiempo de pantalla al que estaban expuestos en sus hogares. Se tuvo en cuenta el tipo de contenido consumido y si la actividad se realizaba en solitario o con la presencia de un adulto.
Además, se recopilaron datos mediante reportes parentales sobre hitos del desarrollo, como la edad en la que los niños comenzaron a hablar. «Detectamos un retraso en estas habilidades primarias directamente relacionado con el uso de pantallas», afirmó el investigador.
Un acceso temprano y prolongado a la tecnología
Uno de los hallazgos más llamativos es que los bebés de tan solo seis meses ya comienzan a interactuar con pantallas táctiles, ya que estas responden fácilmente al tacto con estímulos visuales y sonoros. «Detectamos que los menores de un año ya usan dispositivos al menos una hora por día», detalló Gago Galvagno.
A su vez, el estudio evidenció que muchas veces los adultos no están presentes mientras los niños usan estos dispositivos, convirtiéndolos en una especie de «niñera virtual» cuando los padres realizan otras actividades.
Menos vocabulario y menor interacción
Uno de los efectos más preocupantes es que los niños con mayor tiempo de exposición a pantallas tienen una capacidad léxica reducida. «Dicen menos palabras y su vocabulario es más limitado. Además, la aparición de las primeras palabras se da más tarde que en aquellos niños que no usan pantallas con tanta frecuencia», explicó el especialista.
El estudio también evidenció que los niños interactúan más con juguetes tradicionales cuando están acompañados por sus padres, mientras que, al estar frente a una pantalla, permanecen quietos sin generar ningún tipo de interacción. «Es fundamental que el contenido al que accedan sirva para su desarrollo y que los adultos acompañen estos procesos», concluyó Gago Galvagno.





