En el marco del Día Nacional del Agua, que se celebra este 31 de marzo, un dato preocupa en Rosario: el consumo de agua en la ciudad es tres veces mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras el organismo sugiere un uso de 100 litros diarios por habitante, los rosarinos emplean en promedio 300 litros.
Según investigaciones de la Cátedra del Agua y del Centro Interdisciplinario del Agua de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), este elevado consumo no solo se debe a malos hábitos individuales, como el lavado de veredas con agua potable o el llenado frecuente de piletas, sino también a la pérdida de aproximadamente el 40% del recurso en la red de distribución por infraestructura obsoleta y fallas en cañerías y estaciones de bombeo.
Una reducción progresiva, pero insuficiente
A principios de los 2000, el consumo en Rosario oscilaba entre 450 y 500 litros diarios por persona. En los últimos 25 años, la cifra ha descendido, gracias a campañas de concientización y obras de acueductos. Sin embargo, la meta sigue siendo reducir aún más el uso del recurso.
Para ello, la Cátedra del Agua lanzó la campaña “Consumí 170 litros/día”, que busca generar un uso más eficiente y equitativo del agua. “Si logramos esta reducción, mejorará el acceso para unas 100.000 personas que hoy consumen menos de 100 litros diarios en barrios vulnerables y zonas periféricas donde la presión es insuficiente”, explicó el abogado Aníbal Faccendini, referente del espacio académico.
Infraestructura deficiente y derroche
El defensor del Pueblo de Santa Fe, Gabriel Savino, advirtió que “más que consumo, hay derroche”, y señaló que la pérdida del 40% del agua potable antes de llegar a los hogares es una de las principales problemáticas. Para revertirlo, el gobierno provincial anunció inversiones por más de 100.000 millones de pesos en el recambio de redes de Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA) y 33.000 millones para grandes acueductos.
Además, la Defensoría del Pueblo promueve la instalación de dobles tanques en nuevas construcciones, uno con agua potable y otro para usos sanitarios y de limpieza, así como la unificación de los sistemas de medición de consumo.
Estrategias para un consumo más responsable
Para reducir el desperdicio, los expertos recomiendan:
- Reparar pérdidas y fugas en canillas y tanques.
- Cerrar la canilla al cepillarse los dientes o lavar los platos.
- Bañarse en menos tiempo y abrir la ducha solo al momento de ingresar.
- Utilizar el lavarropas con carga completa para optimizar el uso del agua.
- Evitar el recambio frecuente del agua de piletas, utilizando cloro y cobertores.
- Regar las plantas al atardecer para minimizar la evaporación.
El consumo excesivo de agua no solo impacta en el medioambiente, sino también en la equidad en su distribución. En un contexto de crisis climática y creciente escasez de agua dulce, fomentar hábitos de consumo más solidarios y eficientes es clave para garantizar este recurso esencial para todos.





