Aunque la fama global de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo los convirtió en una de las parejas más queridas del mundo, su vida cotidiana está lejos del glamour permanente. En una entrevista íntima con Vogue, Antonela aseguró que su familia es “súper normal” y que, a pesar del tiempo y la distancia, siempre conservaron sus raíces rosarinas.
“Nunca dejamos de tener nuestras raíces muy adentro. El asado con la familia es de lo que más extraño”, confesó la rosarina, destacando que los vínculos con sus orígenes se mantienen firmes. Celebró también la llegada de Messi al Inter Miami, ya que les permite visitar Rosario con mayor frecuencia: “Cada vez que podemos nos vamos, no soltamos”.
Roccuzzo recordó cómo fue dejar su hogar siendo muy joven: “El irme de casa tan chiquita fue complicado. No había la conexión que hay ahora. Estaba sin mi familia, sin mis amigas, con otras costumbres… no conocía nada”. Esa experiencia marcó su presente como madre de tres hijos: “Hoy, si Thiago —que es el mayor— me dice que se va, no sé qué haría”.
Sobre su rol maternal, destacó la importancia de mantener una rutina y el valor del tiempo en familia. “Las tardes son de los nenes. Nos organizamos todo a la mañana para poder estar con ellos. Somos una familia muy unida, un equipo que se apoya”.
Consciente del contexto social actual, Antonela se mostró comprometida con la educación en valores. “Quiero que mis hijos sean respetuosos, que valoren las cosas. Les inculcamos que no somos más que nadie y que deben respetar a todo el mundo”. También remarcó la importancia del diálogo en casa: “Hablamos mucho, sobre redes sociales, sobre lo que les pasa. Para mí, la comunicación es fundamental”.
Lejos de los flashes, Antonela Roccuzzo reafirma que el verdadero motor de su vida está en lo cotidiano: su familia, la conexión con sus raíces y el deseo de que sus hijos crezcan con los mismos principios con los que ella y Lionel se formaron.
