El diputado nacional Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal) presentó un proyecto de ley que busca reducir drásticamente el desperdicio de alimentos en Argentina, a través de su reutilización, donación y aprovechamiento sustentable. La iniciativa llega en un contexto alarmante: el país desecha más de 16 millones de toneladas de comida por año, mientras millones de personas sufren hambre o malnutrición.
“La paradoja es inaceptable. Somos uno de los mayores productores de alimentos del mundo, pero aún no tenemos una legislación que fomente el aprovechamiento de los excedentes”, advirtió el legislador cordobés. El proyecto toma como referencia políticas exitosas aplicadas en países como Francia, España y Dinamarca.
La propuesta incluye incentivos fiscales para las empresas que donen alimentos, la creación de una plataforma nacional de redistribución junto a organizaciones sociales, campañas de concientización y el fomento de prácticas sustentables como el compostaje o la producción de biogás.
Entre los beneficios impositivos, se contempla una reducción de Ganancias y contribuciones patronales: 15% para micro y pequeñas empresas, 10% para medianas y 5% para grandes compañías. Además, las empresas comprometidas recibirán un sello distintivo que les dará prioridad en licitaciones públicas y acceso a créditos con tasas preferenciales.
“Donar no puede ser más costoso que tirar. Esta ley busca revertir esa lógica”, explicó Agost Carreño, quien destacó que el proyecto apunta a construir una cultura de solidaridad, responsabilidad social y economía circular.
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La ley también establece sanciones progresivas para quienes desechen alimentos aptos para el consumo sin justificación. Las infracciones podrán derivar en advertencias, asesoramiento obligatorio o multas, según la gravedad del caso.
Por último, la norma prevé campañas educativas y de sensibilización dirigidas a supermercados, restaurantes, hogares y escuelas, con el fin de reducir el descarte en todos los niveles de la cadena alimentaria.
“El objetivo no es solo evitar el desperdicio, sino impulsar una forma más responsable de producir, vender y consumir alimentos”, concluyó el legislador.





