El consumo de ropa importada en Argentina superó por primera vez al de origen nacional, marcando un hito preocupante para la industria textil. De acuerdo con un informe de la Fundación ProTejer, en el primer trimestre de 2025 las importaciones de indumentaria crecieron un 86% en volumen respecto al mismo período del año anterior, mientras que en el rubro textil para el hogar el aumento fue del 109%.
Este salto en las compras externas se refleja en un dato contundente: el 67% de las prendas consumidas en el país ya provienen del exterior, mientras que solo el 33% son de producción local. La situación es aún más marcada en los centros comerciales, donde el 75% de la ropa disponible en los shoppings es importada.
Desde ProTejer advirtieron que esta tendencia no solo responde a una mayor presión externa, sino que pone en evidencia el debilitamiento estructural del entramado industrial nacional. “El retroceso se comienza a traducir en el cierre de empresas, pérdida de empleos y una reducción forzada de la cadena de valor, en un contexto donde los productos importados se benefician de la política económica vigente”, señalaron.
En paralelo, las compras vía courier —principal canal de e-commerce para productos del exterior— crecieron tanto que se requirió ampliar la capacidad operativa en los aeropuertos para sostener la demanda.
El informe también apunta a irregularidades en la valuación de los productos: aunque el volumen importado casi se duplicó, los valores en dólares aumentaron mucho menos. En este sentido, desde ProTejer advirtieron que «se refuerzan las sospechas de subfacturación», favorecidas por la eliminación de valores criterio y controles aduaneros. Como ejemplo, mencionaron que los tejidos de punto ingresaron al país a un precio FOB promedio un 45% menor al de los últimos 11 años.
El sector textil local, que supo alcanzar altos niveles de desarrollo tecnológico e inversión, enfrenta ahora una competencia desleal que amenaza con profundizar su crisis y aumentar la dependencia del mercado externo.
