El número de víctimas fatales por el trágico accidente del vuelo de Air India, que se estrelló el jueves pasado en la ciudad de Ahmedabad, ascendió a 270 personas. Según el informe oficial, 241 de ellas eran pasajeros y miembros de la tripulación, mientras que las 29 restantes se encontraban en tierra al momento del impacto.
La aeronave, un Boeing 787 Dreamliner con destino a Londres, se precipitó a pocos minutos del despegue y colisionó violentamente contra un albergue perteneciente a una facultad de medicina situada en una zona densamente poblada del estado de Gujarat. Se trata de una de las peores tragedias aéreas en la historia de la aviación civil india.
Entre los escombros, equipos de rescate continúan trabajando en la localización e identificación de los cuerpos. La operación ingresó este sábado en su tercer día consecutivo y se enfrenta a múltiples dificultades debido a la magnitud del siniestro. En medio de la devastación, se confirmó que solo una persona sobrevivió: se trata de un pasajero que fue hospitalizado y cuya condición es estable. «Está muy bien y pronto recibirá el alta», confirmó el Dr. Dhaval Gameti, del Hospital Civil de Ahmedabad.
La tragedia ha generado una fuerte conmoción en todo el país. Familiares de las víctimas expresaron su descontento ante la demora en el proceso de identificación de restos. Las autoridades informaron que la comparación de ADN, necesaria para confirmar las identidades, suele demorar hasta 72 horas, aunque aseguraron que los procedimientos están siendo acelerados.
En respuesta al desastre, el gobierno indio creó un comité de alto nivel conformado por especialistas de distintas áreas, con el objetivo de investigar las causas del accidente y proponer protocolos más eficaces de prevención y manejo de emergencias aéreas. Esta instancia trabajará de forma complementaria a la investigación oficial que ya se encuentra en manos de la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos.
Desde el Ministerio de Aviación Civil indicaron además que se está realizando una inspección general de toda la flota de Boeing 787 Dreamliner que opera Air India, en busca de posibles fallas técnicas o procedimientos que requieran revisión urgente.
La tragedia deja no solo una profunda huella en las familias afectadas, sino también un llamado de atención a la industria aeronáutica india, que deberá enfrentar una revisión profunda de sus estándares de seguridad y mantenimiento.





