El juicio por violación contra el reconocido muralista santafesino Andrés Iglesias, más conocido como “Cobre”, entró en su tramo final. Este jueves, el imputado prestará declaración ante el juez Lisandro Aguirre, y el viernes se conocerá la sentencia. Iglesias está acusado de abuso sexual con acceso carnal contra su expareja, en un hecho ocurrido el 17 de diciembre de 2022.
El debate oral comenzó el 1 de julio en los Tribunales de Santa Fe y ya concluyó la etapa de testimoniales. Restan los alegatos finales, donde los fiscales Matías Broggi y Luciana Escobar Cello solicitarán una pena de 10 años de prisión efectiva, mientras que las querellantes Jaquelina Bussi y Paula Condrac pedirán 15 años de encierro. La defensa, a cargo de los abogados Ignacio Alfonso Garrone y Sebastián Oroño, pedirá la absolución al considerar que el hecho nunca ocurrió.
Una relación violenta
Según los fiscales, Iglesias mantenía con la denunciante una relación de pareja desigual, abusiva y marcada por el control, en la que ejercía violencia psicológica, simbólica y emocional. El artista celaba, manipulaba, controlaba redes sociales y comunicaciones, e incluso imponía restricciones sobre la vestimenta y comportamiento de su pareja. La violación denunciada sería el punto cúlmine de esa dinámica.
“Estamos ante un caso emblemático”
En paralelo al juicio, distintas organizaciones feministas se movilizaron en las afueras del edificio de Tribunales para acompañar a la víctima. Desde Ni Una Menos Santa Fe, Nidia Kreig habló con el móvil de EME y remarcó la importancia del acompañamiento social y político: “Estamos ante un caso emblemático. No es solo una denuncia más. Es una sobreviviente que se animó a hablar, que rompió el silencio frente a un agresor con poder simbólico y reconocimiento público. Eso tiene un peso enorme”.
Kreig también apuntó contra el sistema judicial y los condicionamientos sociales que enfrentan las víctimas: “Una denuncia por abuso sexual sin testigos, con una víctima que mantuvo una relación con el agresor, todavía despierta dudas en sectores del Poder Judicial y de la sociedad. Las víctimas tienen que soportar el descreimiento, el juicio público y el disciplinamiento patriarcal que las obliga a callar”.
Y agregó: “El testimonio de ella fue desgarrador. Relató cómo fue manipulada, anulada, y finalmente abusada por alguien que usa el arte como fachada. Por eso decimos que no importa si es un muralista famoso: lo que importa es que se lo juzgue por lo que hizo”.
Antecedente por violencia de género
No es la primera vez que Iglesias enfrenta un proceso judicial. En 2020, otra expareja lo denunció por tentativa de extorsión en contexto de violencia de género. El artista fue acusado de publicar imágenes agraviantes en redes sociales y amenazar con difundir contenido íntimo. El caso se resolvió con una probation que incluyó la retractación pública, una reparación económica, y la realización de un curso sobre violencia patriarcal.
Kreig también celebró que el Concejo Municipal de Santa Fe haya retirado el título de Ciudadano Ilustre que Iglesias había recibido: “Fue un paso importante. No podemos tener en nuestra ciudad reconocimientos oficiales a personas que tienen denuncias graves por violencia de género. Es una forma de reparar simbólicamente a la víctima y a todas”.
Este viernes, el juicio culminará con la lectura de la sentencia, que podría marcar un precedente clave en la lucha contra la violencia de género y el abuso de poder en vínculos íntimos.







