El MGM Grand Garden Arena de Las Vegas fue escenario de una de las veladas más esperadas del año: el regreso al cuadrilátero de Manny Pacquiao. A sus 46 años y tras cuatro de inactividad, el filipino enfrentó al actual campeón welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mario Barrios, en una pelea electrizante que terminó envuelta en controversia por la decisión de los jueces.
Pacquiao, único boxeador en la historia en haber ganado títulos mundiales en ocho divisiones distintas, volvió a mostrar destellos de su estilo ofensivo en el primer asalto, presionando con su temida izquierda y poniendo a prueba la resistencia del estadounidense. Barrios, de 30 años, respondió con cautela, apostando al jab y la distancia para neutralizar los avances del veterano.
A lo largo de los rounds, la pelea se mantuvo pareja e intensa. Pacquiao sorprendió con su movilidad y precisión, demostrando que su retiro no le había hecho perder del todo su chispa. Barrios, sin embargo, fue ganando terreno con el correr del combate, aprovechando su juventud y estrategia conservadora.
El veredicto final reflejó la paridad: dos jueces marcaron empate (114-114), mientras que Max de Luca inclinó la balanza con una tarjeta de 115-113 a favor de Barrios, quien retuvo su título y sumó un valioso triunfo ante una leyenda viva del boxeo.
Más allá del resultado, el regreso de Pacquiao emocionó al mundo del deporte, coronando una noche de nostalgia, coraje y respeto por una de las figuras más icónicas del pugilismo.





