Una vez más, los vecinos de barrio Candioti Sur expresaron su malestar ante el abandono de la obra de ampliación de la planta potabilizadora, que debía ser ejecutada por el Gobierno Nacional y lleva más de tres años sin avances concretos. La intervención, que tenía un plazo inicial de dos años, quedó paralizada el año pasado, dejando un escenario de calles rotas, pozos abiertos y una promesa de solución que nunca llegó.
Al respecto, Matías Galíndez, presidente de la vecinal Candioti Sur, fue tajante en el móvil de EME: “El vecino quedó como rehén de decisiones que no tomó y que no tendría por qué sufrir”. Además, remarcó que la situación en la intersección de Alberdi y Calchines, epicentro del conflicto, es insostenible: “Hay barro, tierra, ruidos constantes, y las veredas están intransitables. Las calles quedaron en un estado lamentable”.
Los frentistas de la zona, que ya realizaron cortes de calle para visibilizar su reclamo, participaron hace un mes de una reunión en el Concejo Municipal junto a concejales, funcionarios de la Municipalidad y representantes de Aguas Santafesinas (ASSA). Según Galíndez, en ese encuentro se había pactado un plazo de entre 20 y 30 días para empezar con las reparaciones. Sin embargo, ese compromiso no se cumplió: “Pasó el tiempo y todo sigue igual. Dimos un paso y retrocedimos diez. Los vecinos están con la paciencia al límite”.
La falta de avances y de explicaciones oficiales agrava la situación. “Ni ASSA ni la Municipalidad nos dan respuestas claras. Lo peor es la inacción. ¿A dónde recurrimos cuando nadie responde?”, se preguntó Galíndez.
Para el referente barrial, más allá de las responsabilidades compartidas entre Nación y Provincia, el Municipio no puede desentenderse: “Son calles de la ciudad, son vecinos de Santa Fe. Toda obra pública tiene que pensarse priorizando la vida cotidiana de quienes habitan el lugar”.






