El femicidio de Analía Ovando, ocurrido en Villa Guillermina, expuso graves fallas en la actuación policial. La joven de 25 años fue asesinada por su ex pareja, quien ya había sido denunciado en reiteradas ocasiones. El dato más inquietante: la orden de detención contra el agresor fue emitida por la Justicia un día antes del crimen, pero no fue ejecutada.
La disposición fue librada el 16 de julio por el Ministerio Público de la Acusación de Las Toscas tras una nueva denuncia por desobediencia judicial. A pesar de ello, la Policía de la Comisaría 8°, a cargo del inspector Patricio Alegre, no cumplió con la medida. “Se desconoce por qué no se aplicó la orden”, advirtieron fuentes cercanas al caso.
“Mi hija lloraba todas las noches y decía que él la iba a matar”, relató con impotencia Martín Ovando, padre de la víctima.
Analía fue hallada degollada en su lugar de trabajo, el bar El Moroco. Según la familia, el femicida violaba sistemáticamente las medidas de restricción y acosaba a la joven sin consecuencias. “Le tenía terror”, aseguraron.
El sospechoso, de 21 años, fue detenido el mismo día del crimen en San Antonio de Obligado. La causa está en manos del fiscal Juan Carlos Koguc.
El caso conmocionó a la comunidad, que se movilizó masivamente exigiendo justicia. La inacción policial y judicial vuelve a estar en el centro de la escena en una provincia golpeada por la violencia de género.
