Un grupo de investigadoras e investigadores del CONICET en Santa Fe expresó su profunda preocupación por el impacto de las políticas nacionales en el sistema científico y universitario. En una carta abierta, señalaron que la falta de inversión pone en jaque proyectos de largo plazo, la formación de recursos humanos y la posibilidad de sostener desarrollos productivos claves para la región.
El comunicado advierte sobre un “desmantelamiento” del sector, visible en la emigración de personal calificado, la escasez de insumos de laboratorio, la paralización de proyectos, la obsolescencia de equipos y la caída en la calidad de la formación universitaria. Según los firmantes, este escenario amenaza la estabilidad y continuidad de la ciencia y la tecnología en todo el país.
Santa Fe, recuerdan, fue pionera en la consolidación de instituciones científicas desde los años ’60, con hitos como la creación del INALI, el INTEC y el INCAPE, que junto a la Universidad Nacional del Litoral y el Parque Tecnológico, generaron una red de conocimiento aplicada a la producción provincial. “Reconstruir lo que hoy se está perdiendo será mucho más costoso y llevará mucho más tiempo que sostenerlo”, subrayan en la carta.
Uno de los firmantes, Hugo Ortega, exdirector y actual investigador del Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (ICIVET), remarcó en diálogo con EME Medios que la gravedad de la situación ya trasciende el ámbito local: “Esto no es una discusión que pueda politizarse. Organismos internacionales, academias y revistas científicas de prestigio han alertado sobre el freno del avance argentino y el riesgo de destrucción del sistema”.
Ortega también explicó cómo la crisis golpea directamente al entramado productivo santafesino: “Prácticamente el 50% de las exportaciones de la ciudad de Santa Fe salen del Parque Tecnológico, y se basan en patentes generadas por investigadores del CONICET. Un contenedor con tecnología desarrollada acá tiene un valor agregado 50 veces mayor que el de cualquier producto agropecuario. Todo eso hoy se está destruyendo”.
El investigador advirtió que el impacto no solo es económico, sino también en la pérdida de capital humano y conocimiento acumulado: “En nuestro instituto hemos perdido entre el 20 y el 30% de los jóvenes. Formar un investigador lleva 15 o 20 años, y si hoy se van por falta de condiciones, esas capacidades no se recuperan. Si además se pierden colecciones de muestras o de datos de décadas, no hay dinero que las recomponga”.
Finalmente, los científicos hicieron un llamado a legisladores, autoridades, empresas y a la sociedad civil a defender el sistema de ciencia y tecnología. “El conocimiento no se genera de un día para el otro —recordó Ortega—. Lo que está en riesgo no es solo la continuidad de la investigación, sino la posibilidad de que Argentina siga siendo un país capaz de producir ciencia de calidad y de proyectar su desarrollo en el mediano y largo plazo”.





