Cada 4 de agosto se celebra en Argentina el Día Nacional del Panadero, en conmemoración de la creación de la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Fundado en el siglo XIX, este fue el primer sindicato que agrupó a trabajadores del sector, con el objetivo de luchar por mejoras laborales, salarios justos y el reconocimiento de sus derechos.
Además de sus reivindicaciones gremiales, los panaderos también supieron expresar su ideología de forma original: muchas de las facturas tradicionales llevan nombres que nacieron como una crítica irónica hacia distintos sectores del poder, como el “sacramentito”, el “cañoncito” o el “vigilante”.
En la ciudad de Santa Fe, Marcos Carignano, integrante del Centro Industrial de Panaderos, describió el panorama actual del sector: “El sector está como todos, sobreviviendo, tratando de encontrarle la vuelta. El empleo aún se sostiene”, afirmó en el móvil de EME.
También destacó que conviven desde emprendimientos familiares hasta grandes industrias, y que la actividad se reinventa constantemente.
“El trabajo fuerte se hace de noche. Se elabora de un día para otro y todos los días se arranca de cero. La panadería ha ido variando ante la demanda de los clientes. Buscamos alternativas para quienes quieren comidas elaboradas. Nos hemos reinventado para ir sobreviviendo a los cambios”, explicó.






