En la madrugada de este martes, a los 100 años, falleció en su casa de Neuquén Lolín Rigoni, referente histórica de Madres de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle. Su partida fue confirmada por el Grupo de Apoyo de las Madres, que la acompañó en sus últimas décadas de lucha.
Lolín fue símbolo de persistencia. Hasta este verano seguía participando de las rondas de los terceros jueves frente al monumento de La Madre en la avenida Olascoaga. Allí, junto a otras Madres, caminaba alrededor del pañuelo blanco que resume décadas de reclamo por saber dónde están los desaparecidos.
Su compromiso no cedió ni siquiera en el último tiempo. Hace pocos meses celebraba la recuperación del Nieto 140, hijo de dos militantes asesinados por la dictadura. “Persistencia”, dijo entonces, con la convicción intacta de que cada nieto restituido es una victoria contra el olvido.
Lolín atravesó el siglo con lucidez. Participó activamente en la organización del aniversario número 48 de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, aunque no pudo asistir. Incluso desde su casa, enviaba mensajes, felicitaba y opinaba por WhatsApp, manteniéndose presente en cada lucha.
El 24 de marzo y cada 30 de abril, sus brazos cruzados sobre el pecho eran el abrazo simbólico con el que saludaba a quienes continuaban la marcha. En sus palabras, siempre hubo un llamado a la continuidad: «Son el relevo», decía al dirigirse a los más jóvenes.
Madre de Roberto, asesinado en 1977, esperó cuatro años para recibir sus restos. Pero, fiel al espíritu colectivo de las Madres, nunca centró su lucha en lo personal: “No es mi hijo, son los 30 mil”, repetía. Su compromiso era con todos y todas.
En reconocimiento a su lucha, aceptó este año que un pasaje del Parque Jaime De Nevares lleve el nombre de las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén. Lo hizo con humildad, resaltando el trabajo conjunto con el obispo que también se puso del lado de los derechos humanos durante la dictadura.
Hoy se despide una mujer valiente, generosa y firme. Una de esas Madres que no bajó los brazos nunca. Su vida fue resistencia, memoria y ejemplo. Su ausencia física deja un vacío, pero su legado sigue marchando.





