La investigación por las muertes vinculadas al fentanilo contaminado avanza con un paso decisivo. Este lunes comenzaron las pericias sobre 20 historias clínicas de pacientes que fallecieron tras haber recibido el opioide fabricado por los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S.A.
Los estudios, a cargo del Cuerpo Médico de la Corte Suprema, buscan establecer si los decesos estuvieron relacionados con fallas multiorgánicas provocadas por ampollas adulteradas con las bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia. Los resultados se complementarán con un informe del Instituto Malbrán, que determinará cómo se produjo la contaminación de los lotes.
De confirmarse esta hipótesis, el juez Ernesto Kreplak podría imputar a Ariel García Furfaro, propietario de ambos laboratorios, junto a integrantes de su equipo de trabajo.
En paralelo, salió a la luz un documento de la ANMAT que agrava el panorama: en diciembre de 2024, una comisión inspectora había detectado en el laboratorio Ramallo deficiencias críticas en áreas de producción, control de calidad, documentación, depósitos y recursos humanos. El informe advertía que esos incumplimientos comprometían la seguridad, calidad y eficacia de los medicamentos.
A pesar de esas observaciones, la presentación oficial del operativo recién se concretó en febrero de 2025, cuando el opioide ya había sido distribuido y aplicado en miles de pacientes, con consecuencias letales.





