Un equipo de investigadores israelíes y franceses realizó un hallazgo que revoluciona la comprensión de la evolución humana: el fósil de un niño de cinco años que combina rasgos de neandertal y Homo sapiens.
El cráneo fue descubierto en la cueva de Skhul, en el Monte Carmelo, al norte de Israel, y tiene aproximadamente 140.000 años de antigüedad. Su anatomía revela un mix sorprendente: mientras la forma general del cráneo recuerda a los humanos modernos, la mandíbula, el oído interno y el sistema de vasos sanguíneos muestran características típicas de los neandertales.
Hasta ahora, se pensaba que los cruces genéticos entre estas especies habían ocurrido hace entre 60.000 y 40.000 años. Este descubrimiento retrocede la cronología, mostrando que las interacciones biológicas y sociales comenzaron mucho antes de lo que se creía.
Estudios genéticos previos ya habían confirmado que entre el 2% y el 6% del genoma humano actual proviene de los neandertales, pero nunca se había encontrado un fósil que evidenciara de manera tan clara un híbrido tan antiguo.
Los neandertales habitaron la región hace unos 400.000 años, mientras que los Homo sapiens comenzaron a migrar desde África hace alrededor de 200.000 años. El niño de Skhul es la prueba más temprana de que estos grupos no solo se cruzaron, sino que también convivieron e intercambiaron genes mucho antes de lo registrado anteriormente.
El hallazgo fue posible gracias a escaneos avanzados y modelado 3D del cráneo y la mandíbula, que permitieron estudiar en detalle estructuras internas como los vasos sanguíneos y el oído, confirmando el carácter híbrido del fósil. Este descubrimiento abre una nueva ventana para comprender la historia de la humanidad y los encuentros entre especies que compartieron el planeta hace cientos de miles de años.
