Las ventas minoristas en la ciudad de Santa Fe mostraron en julio una leve recuperación respecto a junio, pero aún condicionadas por la inflación y la cautela a la hora de invertir.
Según el último relevamiento del Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales, en los últimos doce meses la inflación acumulada llegó al 39,4%. En ese contexto, sólo el 22,6% de los comercios logró un incremento real en sus ventas —es decir, superior al índice de precios—, mientras que el 29% apenas igualó la inflación y el 48,4% tuvo una caída en términos reales.
A nivel interanual, la mayoría de los locales reportó subas nominales: el 48,4% aumentó su facturación más de un 30%, el 29% entre un 31% y un 40%, y el 22,6% superó el 40%. Sin embargo, los precios siguen siendo un filtro clave para medir el verdadero rendimiento.
En la comparación mensual, el repunte fue más moderado: el 80,6% de los comercios registró incrementos de hasta el 3%, el 10,7% superó esa cifra y sólo el 8,7% tuvo aumentos mayores al 10%. “El cobro del aguinaldo ayudó, pero no cambió la tendencia general”, admitieron varios comerciantes, que también remarcaron que las promociones siguen siendo la principal herramienta para atraer clientes.
Respecto a la situación económica actual, el 32,3% de los encuestados dijo haber mejorado frente a 2024, el 48,4% se mantuvo igual y el 19,4% empeoró. De cara al próximo año, el 54,8% espera una mejora, el 32,3% cree que seguirá igual y sólo el 12,9% prevé un retroceso.
El panorama para las inversiones es más incierto: el 38,7% no sabe si es un buen momento, el 32,3% cree que no lo es y el 29% considera que sí. En cuanto a la circulación de personas, el 51,6% notó niveles similares a junio, el 32,3% un aumento y el 16,1% una baja.
El informe concluye que el comercio santafesino combina señales de recuperación con desafíos persistentes: la inflación erosiona las mejoras nominales y frena decisiones de inversión, pero las expectativas para 2026 se mantienen optimistas.





