Un grupo de choferes de Uber y Didi se concentró este viernes por la mañana en la costanera oeste de la ciudad de Santa Fe para reclamar que el municipio deje de perseguirlos con operativos e infracciones. Los manifestantes aseguran que más de 200 familias dependen de la actividad y que hoy las multas superan el millón y medio de pesos.
“Estamos siendo corridos hasta abajo de la cama por los inspectores municipales. Nos llevan los autos con multas millonarias, cuando lo único que queremos es trabajar y sostener a nuestras familias”, expresó uno de los conductores al móvil de EME.
El conflicto radica en que las plataformas no están registradas formalmente en la ciudad, como exige la ordenanza local. Si bien la Municipalidad otorgó una prórroga para la inscripción, los choferes denuncian que el trámite no avanza y que la normativa pide requisitos “imposibles de cumplir”.
En ese sentido, cuestionaron que el municipio exija que Uber y Didi cuenten con una oficina física en la ciudad. “Eso no existe en ningún lugar del mundo. En Córdoba y otras provincias se trabaja sin problemas, pero en Santa Fe es un impedimento”, señalaron.
Los trabajadores remarcaron que no se niegan a regularizar su situación. “Presentamos notas, incluso un proyecto de ordenanza, para pedir reuniones y un marco legal. Queremos registrarnos, pero cuando vamos a consultar nos miran y no saben cómo asesorarnos”, relataron a Manuel Váldez.
Mientras tanto, los choferes piden al intendente y a las autoridades de Transporte que frenen los secuestros de vehículos y permitan continuar trabajando hasta que se defina un marco regulatorio claro.
“Necesitamos un tiempo para ordenar la situación. No podemos permitir que sigan llevándose los autos al corralón de esta manera. Esto es el sustento de más de 200 familias”, concluyeron.







