La Ruta Nacional 33, una de las más transitadas y peligrosas del país, vuelve a ser noticia por su deterioro y por la desesperada iniciativa que tomó Matías Suárez, Presidente Comunal de Zavalla. Cansado de esperar respuestas del Gobierno Nacional, Suárez decidió poner manos a la obra por cuenta propia: gestionó materiales, movilizó maquinaria de su empresa privada y, junto a sus trabajadores, realizó reparaciones en el cruce con la AO12.
«Fue una reparación efímera, si no llueve durará entre dos y tres semanas», explicó Suárez, quien dejó en claro que se trató de una medida de emergencia frente a una situación insostenible. Aclaró además que si bien él no manejó la retropala, fue su empresa la que aportó el equipo y el personal necesario.
La iniciativa no fue aislada: otros jefes comunales también tomaron medidas similares. En Pujato, Dani Quaguarini intervino en los baches más graves, y en Pérez, el presidente comunal Corzalini iluminó y pintó la llamada «curva de la muerte», una zona tristemente célebre por los accidentes fatales.
«La Ruta 33 está abandonada, tiene pozos enormes, es angosta, peligrosa y sumamente transitada», denunció Suárez. «El Gobierno Nacional ha dejado las rutas en estado crítico y nosotros no podemos permitir que nuestras comunidades sigan expuestas». A su vez, destacó el trabajo que viene realizando el Gobierno Provincial bajo la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro Lisandro Enrico.
El Presidente Comunal explicó que fue provisto por un conocido proveedor de Corredores Viales con obrador en Zavalla. “Tengo amigos que trabajan ahí y me aportaron una batea de asfalto en frío”, señaló.
El estado de la Ruta 33 ha sido motivo de múltiples reclamos a lo largo de los años. La falta de mantenimiento, el tránsito pesado y la peligrosidad del trazado convierten cada kilómetro en un riesgo. «Vemos trenes de camiones de 15, 20 vehículos seguidos. Es imposible transitar con seguridad», enfatizó el dirigente.
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