En el marco del Programa de Regularización Dominial, la Municipalidad de Santa Fe realizó una nueva entrega de escrituras en la Vecinal Juana Azurduy. Allí, el intendente Juan Pablo Poletti otorgó los registros propietarios a 25 familias de los barrios San Agustín, Coronel Dorrego, Yapeyú, Ceferino Namuncurá, Loyola Sur, Norte Unido, y Sarmiento. Los ejes principales de este programa son: el valor social de la tierra para hacer efectivo el acceso a la titularidad del suelo urbanizado; gratuidad en todos los trámites del procedimiento; y creación de un fondo especial cuyo destino es costear los gastos de escrituración que demanda el programa.
Poletti se mostró feliz por el avance de la entrega de escrituras. “Es garantizarle un derecho a los vecinos. Lo que hacemos es darle la escritura, darle este documento para ellos y sus descendientes, para que puedan tener su nombre y apellido en el terreno donde vivieron muchos años, donde engendraron un montón de sueños, donde vivieron un montón de cosas”.
Estas 55 escrituras son el corolario de un trabajo para el que se realizaron planos de mensura y subdivisión para que todas las viviendas tengan una identidad, y en un trabajo articulado entre Hábitat, los vecinos, el Colegio de Escribanos y el municipio.
El Programa de Regularización Dominial también se suma a otras acciones que desarrolla el municipio en el marco del programa Santa Fe Barrio. “Las placas de numeración domiciliaria le dan una identidad, un sentido de pertenencia, saber dónde vivo, qué calle, qué número. Es simbólico, pero es el valor de devolverle un derecho a la ciudadanía”, dijo Poletti.
“Seguimos trabajando en todos los barrios. Hay 25 escrituras más que están en marcha. Queremos hacer territorio, ver a quién le falta, qué podemos hacer para poder regularizar esa situación”, cerró el intendente.
Un plan con continuidad
El Plan de Regularización Dominial comenzó en el 2009 cuando se relevaron más de 40 barrios de la ciudad que tenían asentamientos urbanos informales. Familias en situación de vulnerabilidad social y que viven en terrenos de jurisdicción del Estado tuvieron a partir de ese momento la posibilidad de incorporarse a este programa con el fin de acceder las escrituras propietarias del suelo que habitan.
A lo largo de los años se logró dar continuidad y sostener el programa que ya lleva más de 15 años de implementación, erigiéndose como una de las políticas públicas más consistentes e ininterrumpidas de la ciudad.





