Un conductor de aplicaciones fue atacado en una estación de servicio horas después de participar en una manifestación por el fin de la “persecución municipal”. Reclaman diálogo y condiciones claras para trabajar.
Un nuevo episodio de violencia puso en el centro de la escena el conflicto entre remiseros y choferes de aplicaciones de movilidad en Santa Fe. Mariano Andrés Ángel, conductor de Uber y Didi, denunció que fue agredido por tres remiseros en la noche del domingo, en una estación de servicio ubicada en Estanislao Zeballos y avenida Peñaloza.
Según su relato, los agresores lo golpearon en el rostro tras advertirle: “Esto es para taxistas y remiseros, y callate la boca”. Ángel señaló que alcanzó a recuperar sus lentes y vio cómo los atacantes escapaban en remises verdes estacionados en el lugar.
Reclamos al municipio
La agresión ocurrió pocas horas después de una movilización en la Costanera santafesina, donde choferes de aplicaciones reclamaron el fin de los operativos municipales que derivan en multas millonarias y secuestro de vehículos. Según los manifestantes, más de 200 familias dependen de la actividad y hoy se sienten perseguidas.
“La Municipalidad nos corre hasta abajo de la cama. Queremos trabajar, pero necesitamos la posibilidad de regularizarnos sin amenazas ni controles arbitrarios”, afirmó Ángel.
Los conductores también cuestionaron la exigencia de instalar una sede física en la ciudad para operar y denunciaron procedimientos irregulares en los controles: “En la zona norte se llevaron autos con camionetas sin identificación; te cruzan el auto adelante y llaman a la grúa. Eso es ilegal”.
Escalada de tensión
El ataque al chofer y las protestas recientes evidencian la creciente tensión entre los trabajadores de aplicaciones y los sectores tradicionales del transporte. Los primeros reclaman reglas claras y un marco normativo viable que les permita ejercer su actividad sin temor a sanciones ni hechos de violencia.







