En una entrevista cargada de emociones, recuerdos y humor, Adrián Abonizio, uno de los grandes referentes de la trova rosarina, se mostró auténtico, sensible y profundamente agradecido con su entorno y su público. A días de presentarse en El Solar de Santa Fe, habló de sus sensaciones al ver sus obras interpretadas por otros, de su necesidad constante de reinventarse y del afecto que lo une a la ciudad y sus amistades.
«Tengo que renovarme todo el tiempo, es como bañarse, viste… uno se pega un baño y por un rato es otra persona. Es lo mejor», expresó el artista al referirse a su proceso creativo y la necesidad constante de explorar nuevos caminos en la música.
Sobre la emoción y el pudor que le genera escuchar sus propias canciones en boca de otros, fue contundente:
«Me da vergüenza… es una vergüenza mezclada con un agradecimiento», confesó Abonizio, recordando una ocasión especial en Obras Sanitarias: «Cuando empezaron a cantar el tema ‘Misa y Rezo’, me abrazaban y me lo sacaban de encima porque me daba pudor».
Aunque se reconoció como alguien con humor y sociable, el momento de ver sus canciones interpretadas por otros artistas lo toca especialmente. «Es bueno sentir eso, porque es lo único que te va a impedir no creértela, no creerte que sos mejor que nadie», agregó.
También hubo espacio para el afecto y el reconocimiento hacia sus amigos y colegas santafesinos, con quienes mantiene vínculos entrañables. Rememoró con cariño su paso por El Solar, el mítico espacio cultural de Santa Fe:
«Ahí fui realmente acogido por gente muy buena… y que también hacían unas buenas pizzas», dijo entre risas, y sumó una anécdota que demuestra el valor de la solidaridad:
«Rodolfo vino a casa y me dejó 100 pesos arriba del escritorio… que hoy serían 100.000. Se fue sin decir nada. Esa ayuda también es necesaria».
Este sábado, Abonizio se reencontrará con el público santafesino en un show íntimo y lleno de música compartida:
«Espero replicar esa felicidad junto con Julián Sicerchia, que es un jugador nuevo, un animal de Dios», comentó entusiasmado. La entrada, destacó, será accesible: «Vale muy barata… y nos vamos a dar el gusto de divertirnos y tocar casi todas las canciones del repertorio».
Cerrando con su clásico estilo modesto y cálido, Abonizio definió su propuesta:
«Vamos a guitarrear en el buen sentido… con ganas de cantar y encontrarnos con la gente de a pie, que es la que más nos gusta. Nosotros también somos de a pie».
La cita con uno de los grandes de la canción argentina promete emociones, historias y una noche de esas que quedan en la memoria.





