En las últimas semanas, la provincia de Santa Fe ha sido testigo de una situación que mantiene a la opinión pública en vilo: el caso de Juan Francisco Trigatti, profesor acusado de abuso sexual en un jardín del noroeste de la ciudad. Trigatti fue inicialmente absuelto por un tribunal, pero luego, en segunda instancia, una nueva corte lo condenó a 12 años de prisión, aunque esta sentencia está actualmente en revisión.
Tres jueces iniciales lo absolvieron, mientras que otros tres lo condenaron. Actualmente, el recurso de apelación está pendiente ante otro grupo de jueces, en un proceso conocido como «apelación horizontal».
La defensa de Trigatti, encabezada por la abogada Macarena Olivera, sostiene que «El tribunal de segunda instancia cometió un error al descartar las pruebas y dar credibilidad plena a las acusaciones sin considerar el contexto de la investigación». Según Olivera, el tribunal no tomó en cuenta los informes de los profesionales que intervinieron en el caso, incluyendo médicos y psicólogos.
La Dra Olivera también reflexionó sobre la presión que enfrentan los involucrados en casos como este, donde las acusaciones de abuso sexual se entrelazan con cuestiones de género y la creciente atención pública hacia estos delitos. «La balanza ha cambiado y hoy se cree a las mujeres, pero esto no debe llevarnos a deslegitimar el trabajo de los profesionales y las investigaciones», afirmó, reconociendo las dificultades inherentes a la justicia en estos casos.
En cuanto al tiempo que tomará la resolución final, la abogada explicó que, si bien el Código Procesal Penal establece un plazo de 20 días para resolver la apelación, en la práctica este tipo de decisiones suelen demorar varios meses. De no ser favorable la decisión, la defensa tiene previsto apelar ante la Corte Suprema de Justicia, lo que podría extender aún más el proceso.
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