En el tramo final de la campaña electoral, la candidata a diputada nacional por Política Obrera, Marilín Gómez, analizó el contexto político y económico del país y advirtió que las próximas elecciones legislativas “no ofrecen una salida para los trabajadores, sino que buscan encubrir la crisis y preparar un recambio político que garantice la continuidad del ajuste”.
“Es claro que la derrota electoral del Gobierno el próximo 26 de octubre será un cimbronazo que modificará por completo el escenario político. Los partidos patronales y los propios capitalistas no pueden ocultar sus temores: cómo enfrentar la ruina de Milei, cómo preparar un recambio y qué fuerza política podrá encarar los planes devaluatorios y de reforma laboral y jubilatoria que el FMI y el imperialismo tienen en agenda”, sostuvo Gómez.
La dirigente cuestionó el rol de los principales espacios políticos y señaló que tanto el oficialismo como la oposición “actúan de espaldas a la clase obrera”.
“Las elecciones se dan en medio de una crisis económica muy profunda, del hundimiento del Gobierno libertario y de la ausencia de una alternativa política que represente los intereses de los trabajadores”, expresó.
Gómez también criticó el silencio de la oposición frente a los problemas que afectan a los asalariados.
“Mientras Milei avanza con su política de hambre, los demás partidos hablan de ponerle un freno, pero ninguno propone cómo recuperar los salarios, enfrentar los despidos o detener el ajuste. Todos quieren mostrarle al poder económico que pueden garantizar sus ganancias”, apuntó.
Por su parte, el candidato a diputado nacional Germán Lavini coincidió en el diagnóstico y sostuvo que el país atraviesa una crisis política “de dimensiones inconmensurables”.
“No es una elección más. Se está discutiendo cómo se va a organizar el poder y de qué manera se va a seguir aplicando el ajuste. Por eso presentamos un programa socialista y llamamos a los trabajadores a organizarse y tomar en sus manos su propio destino”, afirmó.
Desde Política Obrera, Gómez y Lavini llamaron a “profundizar la movilización y la intervención directa de la clase obrera” como única salida real a la crisis económica y social que atraviesa la Argentina.






