La Cumbia Santafesina tiene su propio día de homenaje: el 5 de noviembre, fecha establecida por ley en 2014 por la Legislatura provincial para reconocer una de las expresiones culturales más representativas de Santa Fe. La iniciativa, impulsada por el entonces legislador Oscar Urruty, surgió como una manera de valorar el impacto de este género musical, que trascendió las fronteras de la provincia y se consolidó en todo el país.
Sin embargo, la elección del 5 de noviembre no fue casual. Ese día, pero en 1992, falleció Martín Robustiano “Chani” Gutiérrez, figura clave en el nacimiento y expansión de la cumbia santafesina. Nacido en Santa Lucía, Corrientes, el 18 de abril de 1944, se mudó a Santa Fe junto a su madre cuando tenía 12 años. Allí comenzó su historia con la música, primero como dueño de una disquería y luego como productor.
Gutiérrez fue un apasionado impulsor de artistas locales. Apostó por músicos que luego serían íconos del género, como Los Palmeras y Los del Bohío, y llegó incluso a hipotecar su casa para que el Sexteto Palmeras grabara su primer disco en los estudios Ión de Buenos Aires en 1976. Su visión y compromiso ayudaron a consolidar el sonido que hoy identifica a toda una región.
“Chani” fue recordado por colegas y amigos como un hombre alegre, generoso y obstinado, que creía en el potencial de la música popular santafesina. Su influencia fue tan determinante que, al momento de elegir una fecha para celebrar el género, nadie dudó en tomar el día de su fallecimiento como símbolo de la Cumbia Santafesina.
Desde entonces, cada 5 de noviembre se celebra no solo un ritmo, sino una parte esencial de la identidad cultural santafesina, que sigue conquistando escenarios dentro y fuera del país.








