El Bitcoin volvió a desplomarse este viernes y perforó nuevamente la barrera psicológica de los USD 100.000, profundizando una corrección que enciende señales de alarma en todo el mercado cripto. Durante la jornada, el activo llegó a operar en torno a los USD 95.000, acumulando una caída superior al 20% desde el pico histórico alcanzado en octubre.
La corrección se da en un contexto particularmente frágil. En las últimas horas, los fondos cotizados (ETF) vinculados al Bitcoin registraron retiros por alrededor de USD 870 millones, uno de los mayores movimientos de salida desde su lanzamiento. Este éxodo se combinó con la liquidación de más de USD 1.000 millones en posiciones apalancadas, un claro indicio de ventas forzadas en un mercado que volvió a quedar expuesto a su propia volatilidad.
Aun así, la presión bajista no llega sola. Analistas advierten que la liquidez disponible se redujo cerca de un 30% respecto de los máximos del año, dejando al mercado con poca profundidad y amplificando cualquier movimiento brusco. En ese escenario, especialistas coinciden en que Bitcoin no encuentra soportes sólidos hasta la zona de USD 90.000.
Operadores locales remarcan que el ecosistema cripto “opera liviano y con menor profundidad” y que la sensibilidad frente a tensiones macroeconómicas continúa siendo muy elevada. Esta vez, el golpe externo vino del reacomodamiento global tras las dudas sobre el rumbo de la Reserva Federal de Estados Unidos y la falta de señales claras sobre futuros recortes de tasas. Ese clima volvió a presionar a los activos de mayor riesgo, y el impacto en el universo cripto fue inmediato.
El contraste con el rally de principios de octubre es marcado: entonces, el Bitcoin superaba los USD 126.000 impulsado por compras institucionales y un dólar debilitado. Hoy, con menos ingreso de capitales y un entorno financiero internacional mucho más tenso, la cautela domina el ánimo del mercado.
Por ahora, y según advierten los especialistas, los USD 100.000 dejan de ser un piso y pasan a ser un nivel de fricción que podría seguir poniéndose a prueba en las próximas ruedas.





