Las lágrimas llegaron antes que las palabras. Brotaban en cada abrazo, se mezclaban con el manto granate y daban forma a una postal eterna para el pueblo de Lanús. En el centro de esa imagen cargada de emoción aparece Lucas Losada, el arquero que llegó desde Belgrano casi en silencio y que este sábado escribió una de las páginas más grandes en la historia del club.
Sus tres atajadas clave en el primer tiempo, la intervención monumental ante Biel en el alargue y los penales detenidos a Hulk, Biel y Vitor Hugo construyeron una actuación digna de héroe. Gracias a él, Lanús volvió a gritar campeón de la Copa Sudamericana.
La emoción también tuvo dueño en Lautaro Acosta, símbolo eterno del Granate. A sus 37 años, el Laucha celebró otro sueño, esta vez cargado de alivio: falló su penal, pero la grandeza de Losada sostuvo la serie y le permitió levantar nuevamente un título. La historia, esta vez, le devolvió algo de lo mucho que él le dio al club.
Una final sufrida, táctica y de pura resiliencia
Lanús tardó en encontrar su lugar en el partido. Atlético Mineiro salió con todo su poder ofensivo —Franco, Dudu, Bernard y Hulk— y obligó a Losada a responder una y otra vez. Con el correr de los minutos, los dirigidos por Mauricio Pellegrino ajustaron líneas, equilibraron el trámite y lograron disputar una final sin dominador claro, pero de concentración absoluta.
La premisa fue simple y a la vez determinante: orden y sacrificio.
Canale e Izquierdoz formaron un muro para neutralizar a Hulk; Salvio, Moreno y Carrera se multiplicaron en la mitad de la cancha; y Castillo, aunque recibió pocas pelotas, cumplió su rol dentro de un equipo que priorizó solvencia sobre brillo. Desde el banco, los ingresos de Aquino, Watson, Bou, Méndez, Ramírez y Acosta sostuvieron la intensidad en el momento más crítico.
El destino tenía nombre propio: Losada
En el alargue, cuando las piernas quemaban y el margen de error era cero, apareció otra vez el arquero. Una tapada a pura reacción ante Biel —a lo Dibu Martínez— mantuvo vivo al Granate y empujó la definición a los penales, donde Losada terminó de sellar su noche consagratoria.
Envuelto en lágrimas, abrazos y una ovación que viajará por generaciones, Lucas Losada ya forma parte del Olimpo granate. Y Lanús, otra vez, volvió a escribir su nombre en la historia del fútbol continental.
